viernes, 31 de diciembre de 2010

qwertyuiop

Qué mejor para terminar el año que manifestar mi repudio a taaaaanta publicidad referida a la sequedad vaginal y al tránsito lento.
DEJENSÉ DE ROMPER LAS PELOTASSSSSSSSSSS

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Síganlo, no los va a defraudar

- ¡Pero, la pucha! ¡Con este clima! - se quejó apesadumbrado el ex presidente, de pobladas patillas él. Debido a las inclemencias meteorológicas, el avión que lo transportaría desde Santa Fe hasta su La Rioja natal no podría despegar por unos días, ya que había lluvias previstas para toda la semana.
- Vamos a tener que ir en el auto, Don Carlos.
Emprendieron el largo viaje.
Mientras tanto, a unos cientos de kilómetros de allí, un hombre de ojos achinados y bigote fino esperaba, aguantando estoicamente esa densa lluvia que azotaba a aquella región del país.
Sabía que pasaría por ahí en cualquier momento; lo sabía desde la noche en que ella le habló en sueños. Tan seguro estaba de lo que iba a hacer este paisano, que no le importaba la lluvia. Por eso descartó refugiarse en la vieja estación ferroviaria abandonada, que estaba cerca de aquella ruta. Prefirió quedarse junto al camino, con la mirada fija en el horizonte, aguardando.
Luego de unas horas, vio una luz que se acercaba a toda velocidad. Miró alrededor: sólo se veía campo, recibiendo sediento esa imponente lluvia que hacía tanto no llegaba. Y a un lado, solitaria, triste, la derruida estación.
El paisano se acomodó la pistola en el cinturón, confirmando que estaba ahí, y se paró en medio de la ruta agitando los brazos, como pidiendo que lo lleven a algún lado.
El automóvil negro casi lo atropella; si bien era de día, la ya insoportable lluvia hacía difícil la visibilidad. Cuando el vehículo se detuvo, la ventanilla trasera derecha se bajó, y asomó la cabeza el ex presidente, quien dijo rápidamente:
- ¡No se moje más, muchacho! ¡Suba que hay un lugar!
El paisano no contestó, sólo lo miraba fijamente. Al no recibir respuesta, el ex mandatario abrió la boca para insistir, pero el extraño ya había desenfundado. Menos de un segundo después, estaba disparando sobre la cabeza de Carlos Saúl Menem, quien murió en el acto, con la cara llena de agujeros.
Las tres balas restantes fueron para el conductor del auto y los dos acompañantes. Dejó sus cadáveres allí, y sólo tomó el del líder riojano. Lo arrastró hasta la estación abandonada y lo enterró junto a las vías, oxidadas y cubiertas de yuyo.
En ese momento, la lluvia cesó, las nubes se disiparon y un sol radiante inundó el paisaje. El paisano se sacudió el barro de las manos y sacó una foto de Norma Plá del bolsillo de su pantalón.
Respiró hondo, miró al cielo y besó la imagen, sintiéndose lleno de paz.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Trasero de cerdo y patatas

Es más que obvio que si dejásemos de lado la soporífera obligación de usar ropa, en un par de generaciones se erradicaría la obsesión por la desnudez. Es cuestión de tomar la iniciativa nomás.
Y de mudarse a un lugar caluroso, para evitar achicharramientos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

No tengo edad ni porvenir

Tuve la oportunidad de visitar el mercadito chino del barrio de un amigo. Y a diferencia de los chinos de la vuelta de mi casa, estos se habían integrado, en pequeños detalles, a la sociedad argentina.
Pero quiero mencionar sólo al más importante de ellos: el chino de la caja nos cobró $22,50 y, al recibir un billete de 50, nos preguntó si teníamos cincuenta centavos, tal como hacen los comerciantes connacionales.
Enorme diferencia con "mis" chinos, que con tal de reducir al mínimo el contacto con el cliente, aunque sea verbal, te dan vuelto aunque le pagues con quinientos euros.
Una muestra del ímpetu de integración de algunas gentes, y de la oriental mala onda de otros.

martes, 7 de diciembre de 2010

La etiqueta me picaba el cuello

Esto podría ir en Reflexiones en trasporte público, pero como fue formulado mientras caminaba, quedará en la nada.
Resulta que iba por una zona cercana al centro, y vi una parejita que caminaba, de la mano. Cada tanto, paraban e intercambiaban un poco de saliva, lo normal. Pero lo que me llamó la atención de esta pareja, es que él era ciego.
Ahí fue cuando arrancó la catarata de preguntas:
¿Él ya era ciego cuando se conocieron? ¿hasta qué punto la mina lo quiere posta, y qué tanto está con él por lástima? O quizá mientras noviaban, él tuvo algún inconveniente que le hizo perder la vista; entonces, ¿ella se quedó con él por temor a ser una garca que abandonaba a un ciego?
O tal vez, la mía sea sólo una visión perversa, fría y misántropa, y ella realmente esté enamorada. Pero la mente humana está muy limada, lo sabemos. ¿Lo sabemos?

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Nuestra identidad

María volvió feliz su a casa aquel caluroso mediodía de noviembre. Recorrió las once cuadras entre la escuela y su hogar con una sonrisa imborrable, brillante, que contagiaba a todos los que se cruzaban con ella. La felicidad se debía a que Adela, su querida maestra de su querido tercer grado, la había elegido para protagonizar el acto de fin de curso; interpretaría el papel de Argentina.

Apenas llegó, iba a contarle a su mamá la novedad. Pero recordó que la señorita les hizo prometer que no les dirían nada a los padres, ya que el acto sería una sorpresa. Además, cada alumno debía confeccionarse su disfraz sin ayuda, con lo que tuviera a mano.

Almorzó en silencio, aunque sin dejar de sonreír. Su madre atribuyó esa expresión a las papas fritas que había en el plato, por lo que no preguntó nada más allá del clásico "¿cómo te fue hoy?". Sólo obtuvo un "bien, re bien" como respuesta.

Cuando terminó de comer, y luego de ayudar a su mamá a juntar la mesa, María corrió a su habitación y abrió el placard. Seleccionó la ropa que utilizaría en el acto, la dobló prolijamente y la guardó bajo la cama, en una bolsa. Si bien faltaban quince días para la fiesta, quería estar preparada con antelación.

Una semana antes del cierre del año lectivo, durante un ensayo, la señorita Adela les preguntó a sus alumnos, uno por uno, cómo iban con la cuestión de los disfraces. San Martín y sus granaderos dijeron estar listos. Belgrano sólo necesitaba conseguir las botas. Sarmiento, por su parte, no sabía cómo representar la calvicie.

¿Y María? La maestra le preguntó dos veces si ya tenía todo preparado, porque sería la protagonista del acto y debía estar impecable. Después de todo, representaría nada más y nada menos que a la Argentina, al país entero.

La pequeña, con sus trenzas rubias radiantes y su sonrisa blanca y encantadora, le contestó las dos veces que sí, que estaba todo listo, y sin ayuda de nadie. Estaba más que entusiasmada con el papel que le había tocado.

Finalmente, llegó el gran día. Para que su mamá no viera el disfraz, María se puso una campera larga. No importaba el calor que hacía; quería conservar el manto de sorpresa del acto para el que tanto habían practicado.

Entró a la escuela de la mano de su madre, y vio que todos sus compañeritos habían tenido la misma idea. Pese a que el sol pegaba fuerte y hacía quejarse a las chapas del techo del gimnasio, todos los chicos estaban con sus abrigos, ocultando los disfraces de los ojos de los padres.

La maestra llamó a los alumnos de tercero detrás del telón, para que dejen sus camperas y se preparen para el acto. En cuanto vio lo que tenía puesto María, la tomó del brazo y la alejó del grupo. La pequeña estaba extrañada, tanto que no atinó a hacer nada más que caminar. La señorita Adela la reprendió fuertemente, diciéndole que en su último año como docente no iba a tolerar que una mocosa le tomara el pelo de esa manera, delante de toda la gente, y la echó del lugar. Sería reemplazada en el papel por Camila, esa chica petisita que no le caía bien a nadie.

María sólo atinó a correr hasta su casa, con los ojos empapados en lágrimas, y se encerró en su cuarto a llorar. A un lado de la cama, dejó la vincha de plumas, y la túnica multicolor.

¿Qué pasaba? ¿Acaso era la única que creía que la Argentina era de los aborígenes?

lunes, 22 de noviembre de 2010

Óxido de yeso

Un día, más temprano que tarde, el 0,1% de gérmenes y bacterias que no es ultimado por los desinfectantes se levantará en armas y nos destruirá, en venganza por sus compañeros muertos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Ese puntito del medio

Probablemente seas de aquellas personas que creen que la Goma Eva tiene alguna relación con la señora María Eva Duarte de Perón.
No es algo descabellado: su fundación podría haber donado los galpones o las máquinas para comenzar a fabricar ese material en la argentina, el ultrapersonalismo reinante la llamó Goma Eva, a partir de 1955 le podrían haber cambiado el nombre a Goma Isaac Rojas para luego volver a su nombre original años más tarde, probablemente en el '83.
Bueno, no. Nada de eso.
EVA son las siglas en inglés de Etileno acetato de vinilo (Ethylene Vinyl Acetate), un material para nada nacional y popular creado en el exterior; un frío y vulgar termoplástico.
Muchas veces, la fantasía es mejor que la realidad.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Salacachussets

Creo que de tanto ir a los chinos, estoy mejorando mi comunicación con ellos en su extraño lenguaje híbrido.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Sonriendo y de pie

Supuesto:
Tenés que ir a la casa de tu abuela, y decidís ir en bondi. El noble transporte público te deja en la misma calle, pero no en la puerta: la casa de la nona queda en medio de dos paradas. Entonces, en cualquiera de las dos que te bajes, vas a caminar una cuadra.
Pregunta:
¿Te bajás una cuadra antes de llegar a la casa de tu abuela, o una cuadra después?

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Contigo pan y cebolla

Estamos aquí para rescatar del olvido a alguien muy especial. A alguien a quien todos conocemos, pero pocos saben su nombre. Alguien que desde nuestra más tierna infancia forma parte de nuestras vidas, ya que a través de la pantalla chica ha iluminado nuestros corazones con su desgarbado porte y su fiero tesón.
Sí, estamos hablando de Emilio Bardi.



Seguro no tenías idea de su nombre, y te referías a él como "ese que siempre actúa de chorro en Telefé". Y no sos el único, no. Porque el pobre Emilio, ya de 50 años, ha sufrido la misma estigmatización que sufriera alguna vez Adam West, y tantos otros: quedó pegado al papel de marginal, de tipo del hampa, y siempre se lo llama para eso. Nunca va a interpretar al Rey Jorge VI de Inglaterra; va a ser un ladrón de bancos, el amigo de Monzón, el padre ausente de algún niño, un policía corrupto o un barrendero.
Por eso le rendimos este pequeño pero sentido homenaje. Y cada vez que estés reunido con tus amigos, alzando las copas y riendoté de nimiedades, acordate de él. Acordate, y realizá un brindis por Emilio Bardi. El actor olvidado.

domingo, 31 de octubre de 2010

Última parada

Érase una vez un niño que vivía en un autobús. Claro, qué extraño, en un autobús. Para no parecer un boludo que habla como en los dibujitos, vamos a cambiar "autobús" por "bondi". Retomando, el niño vivía en un bondi, no porque no tuviera casa sino porque su casa era el bondi, allí había nacido y permanecido toooda su vida.

El niño, que según su DNI se llamaba Ernesto, almorzaba los alfajores Guaymallén que te dan en los viajes de larga distancia, por lo que nunca en su vida conoció el verdadero dulce de leche; salvo cuando una señora que viajaba de Chascomús hasta la escala en Ciudadela se olvidó un Tupperware® lleno de dulce de leche artesanal que preparaba su tía. Recién ahí conoció aquel delicioso manjar, que le pareció mucho más copado que los sanguchitos de miga que solía cenar, o el constante olor a orines del baño, que según la leyenda popular vacía el depósito de su inodoro con cada cruce al Riachuelo.

Ernesto solía divertirse contando las rayitas blancas de la ruta, y al cabo de algunos años logró obtener con precisión la cantidad exacta, 45235 de Mar del Plata a Buenos Aires, 39485 de Buenos Aires a Rosario y 768457 de Ushuahia a La Quiaca. Pero lo que más le gustaba a Ernestito era cuando el bondi paraba en alguna terminal, ver el ajetreo, la gente apurada que iba de aquí para allá desesperada por llegar a tiempo, la familia que saluda con una gran sonrisa a la abuela que se vuelve al pueblito (mientras no dejan de pensar "por fin se va esta vieja hinchapelotas"), los grupitos de amigos que se van de joda a otro lugar para salir de la rutina, y los típicos borrachos que se pasan la vida sentados en la barra de los bares de terminal, comparando al River del '86 con el de ahora o criticando la dictadura de Onganía.

A pesar de estar maravillado por el mundo que había del otro lado de las ventanillas, Ernesto tenía un gran miedo a bajarse del bondi, ya que el inherente temor del ser humano a lo desconocido lo paralizaba cada vez que intentaba cruzar la angosta puerta. Se sentía tan seguro, tan cálido, tan contenido por sus asientos con tapizados azul y gris y el continuo gemir del motor, que le resultaba algo imposible salir de allí.

Hasta que un día, cuando el bondi se dirigía a Villa Celina, Ernesto decidió que era momento de abandonar el ómnibus y de una vez por todas formar parte del mundo real, el mundo de afuera. A cada metro que el bondi se acercaba a la terminal, la emoción de Ernesto aumentaba con una proporción de quince mil a uno. Los demás pasajeros ya empezaban a estirar sus piernas, a agarrar sus bolsos, a saborear la comida con la que serían recibidos en sus casas, y a Ernestito, sólo a él, le temblaban las piernas como si estuvieran hechas de una extraña mezcla de gelatina y flan que parecía que nunca iba a detenerse. De pronto, el micro entró a la terminal, y el niño sintió una comezón en el estómago. Esperó a que el micro se detuviera en la plataforma 27, se levantó de su asiento y se pegó a la espalda de una señora bastante gorda que bajaba dificultosamente la escalera llevando un bolso de mano que rebalsaba de ropa.

Y por fin, estuvo afuera. Respiró aire puro por primera vez en su vida, sintió la brisa chocando su cara, y fue parte del mundo de la terminal que veía por la ventanilla, de la gente que hablaba ruidosamente y miraba el reloj a cada momento.

De repente, oyó un ruido que le resultó familiar. Miró hacia atrás, y vio sin tiempo de reaccionar las enceguecientes luces del colectivo que lo estaba atropellando, mientras el descuidado conductor se peinaba mirandosé en el espejo.

Con esta paradoja concluyó la vida de Ernesto, siempre girando en torno a los bondis.



martes, 26 de octubre de 2010

Están charlando, Paso



Decidido a tomar el toro por las astas (ver aquí), implementé un importante despliegue logístico a fin de rescatar al pájaro, a quien cariñosamente llamé Richard.
El material audiovisual que registra el desarrollo del operativo se encuentra de costado, empleando un recurso que popularizó el director polaco Nicola Diakow, célebre integrante de la Escuela de Gdansk. Quizá el final sea distinto a lo esperado, pero documenta de cerca, con emoción y sin golpes bajos, la dura tarea del rescatista ornitológico.
Para no perdérselo.

Por mencionar sólo algunos

Aún llevo en la memoria aquella feroz sesión de testosterona en que las hormonas formaron parte del bello arte del beso al cuello le puso el sello que aquella noche después del coche todo iba ser fenomenal.

lunes, 25 de octubre de 2010

O juremos con gloria morir

No soy afecto a eso de escribir las vivencias personales en la web, pero me hallo en medio de un tremendo problema y no quería dejar pasar la oportunidad de escribirlo para ver si, de alguna manera, todo se soluciona.
Resulta que en su última visita, el gasista olvidó colocar esa chimeneíta metálica en el tiraje de la estufa. Es decir, que quedó un agujero redondo en la pared comunicando el interior de la estufa, lleno de gases nocivos, con el exterior.
A través de ese agujero, por las vueltas de la vida, se metió un pajarillo. Y no por nada hay quienes dicen que tal o cual es "más boludo que los pajaritos": el animal quedó atrapado dentro de la estufa.
Durante todo el día se oye el ruido de sus patitas golpeando el metal, en una experiencia aburrida, encerrado ahí sin televisión ni heladera con birra.
Ya probé con introducir un palo desde la parte externa, para ver si logro hacer que salga. Fue inútil. También intenté golpear la estufa, a fin de que el susto lo impulsara a volar hacia afuera, pero tampoco funcionó.
¿Qué carajos hago? Dejarlo morir ahí significaría después bancarse un fétido olor a pajarito muerto en el comedor. Prender la estufa y calcinarlo sería bastante cruel (aunque más que la crueldad, me preocupa más que también llenaría todo de olor a pajarito quemado).
La solución parecería ser desarmar la estufa y permitir la salida de la pequeña ave, que escrito así parece que fuera un colega o un familiar. Pero él, vos y yo sabemos que eso es una paja.
Habrá que aguardar a que desarrolle su inteligencia y logre salir de allí mediante un astuto plan, o mudarme rápido y, parafraseando a Gustavo Garzón, "que sea problema de los próximos inquilinos".

lunes, 18 de octubre de 2010

Baila conmigo

Seguramente hayan oído esa noticia acerca de la mujer golpeada en el subte en Roma, que quedó tirada en el piso, muerta, mientras la gente pasaba y la miraba con indiferencia:



Aquí es cuando caen aquellas inútiles premisas que colocan a los pueblos europeos por encima nuestro, como poseedores de la civilización, y a nosotros como porquerías del subdesarrollo.
No, no. Nuestros países son productos de su accionar: no podemos ser mejores, ni peores que ellos. Somos la misma inmundicia. Tanto nosotros como ellos nos damos el lujo de discriminar, de ofender, de despreciar, y, lo que suele ser peor, de olvidarse del otro.



Qué le vamo a hacer: es cultural.

viernes, 8 de octubre de 2010

Unidos o dominados

Huguito se había tomado todo el whisky la noche anterior. Estaba reventado: como no podía ni pedirse un taxi, se quedó a dormir en lo de su amigo Ernesto, que le armó la cama del sofá. Se acostó mal, y se levantó peor. La cabeza le daba vueltas y vueltas, y aunque Ernesto le ofreció un café, sabía que nada lo calmaría.
Decidió irse, ya que eran las cinco de la tarde. Se peinó un poco, se puso la campera y salió, a paso cansino, rumbo a la estación de tren.
El canto de los pajaritos cantando en los árboles lo atormentaba. Pasaron dos o tres autos, que por el ruido que le retumbó en la cabeza le parecieron tres mil. Fueron las seis cuadras más largas de su vida.
Cuando llegó a la estación, el tren apenas había llegado, y en breve emprendería el regreso a Retiro. La gente comenzaba a bajarse, amontonada, en aquella que era la última parada.
Huguito empezó a caminar por el andén a contramano de la multitud, para sentarse tranquilo en el primer vagón. Iba con la cabeza gacha, los ojos entrecerrados, concentrado en mantener a raya la tremenda jaqueca que lo volvía loco.
Dos gordos que iban casi corriendo en dirección opuesta lo chocaron, apenas, con los hombros. El movimiento hizo que Huguito sintiera que el cerebro se le sacudía adentro de la cabeza, como una palmera movida por el viento. No veía la hora de que ese andén eterno terminase y poder sentarse apaciblemente.
Estaba por llegar cuando se topó, sin querer, con una señora ciega, que iba de la mano de una joven de aspecto desagradable y malhumorado.
Hubo una pequeña colisión con la mujer, imperceptible, pero que provocó el enojo de la jovencita, que para demostrar que lo suyo no era sólo una cuestión de imagen, le replicó con irritación:
- ¡¿No ves que tiene bastón?!
Huguito levantó la cabeza, y con los ojos aún entrecerrados, le contestó sin levantar la voz:
- ¿No ves que tengo resaca?

lunes, 4 de octubre de 2010

El tren no pasó aquella tarde

En una de mis tantas tardes de nada sentado en un banco mirando cosas, noté que los muchachos que manejan los camiones de caudales son grandes, muy grandes, cuasi patovicas. ¿Para qué necesitan ser tan grosos, teniendo una semiautomática 9 mm reglamentaria?
La pluma es más poderosa que la espada... por eso inventaron la ametralladora.

domingo, 3 de octubre de 2010

Lo mejor para vos

Recuerdo con nostalgia aquellos días en que siempre tenía algo que decir por este medio.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La tercera posición

Cuando Roberto Arlt oyó decir por televisión a Mauricio Macri que tenía intenciones de pelear en la interna del peronismo, echó una larga carcajada, y enseguida supo sobre qué iba a escribir su aguafuerte para la revista Barcelona.
Al día siguiente, el General Perón compró esa publicación en un quiosco de revistas sobre Avenida del Libertador, mientras sacaba a pasear a uno de sus caniches. Pasó por una panadería cercana, pidió una docena de facturas, y volvió a su casa. Barcelona era el único material de lectura que compraba; se había acostumbrado a leer diarios y libros por internet.
Se indignó muchísimo cuando leyó el artículo de Arlt. No es que se hubiera molestado con la prosa ácida y aguda del escritor. De hecho, le causó gracia la forma en que caracterizaba a todos los personajes del peronismo, actuales y antiguos. Pero lo que irritó al General fue darse cuenta de la enorme cantidad de políticos que se decían peronistas, cuando en realidad estaban en las antípodas de su pensamiento.
Tras pensar unos segundos, llamó a su secretario.
- ¡Lopecito! Tráigame mi agenda. Empecemos a mover las fichas, que voy a presentar mi candidatura presidencial para 2011.
López Rega, su asistente desde hacía décadas, no pudo evitar fruncir el entrecejo. ¿Perón, a elecciones? Aunque seguía siendo influyente en el movimiento, el anciano líder se había alejado tiempo atrás de los cargos públicos. ¿Qué estaría tramando? Se dio cuenta que no conocía a su Jefe tanto como creía hacerlo. Siempre lo sorprendía con algo.
Cuando López Rega le alcanzó la agenda, Perón comenzó a recorrerla con la vista, lentamente, pensativo.
- Necesito un buen vicepresidente para refundar el peronismo, alguien con quien tenga afinidad, con experiencia, pero que no tenga una imagen pública desgastada... - reflexionó en voz alta.
- General, no creo que exista nadie así. – opinó su secretario.
- ¡Ya sé! Alcánceme el teléfono, voy a llamar a Rosas. Ojalá estuviera vivo San Martín, seríamos un trío imparable.
- Mmm, ¿le parece? Hace años que Rosas vive en Inglaterra, no puede ser candidato a vice... además no creo que quiera ser segundo de nadie, vio que siempre quiere ser el que manda.
- Lopecito, no se hable más. Lo llamo, le pregunto y vemos.
Acto seguido, tomó el teléfono y marcó el largo número.
- Hola, ¿Juan Manuel? Le habla Perón.
- Ah, ¿qué hacés Pocho, tanto tiempo? – se escuchó del otro lado. Rosas era de las pocas personas que tuteaban al General.
- Bien, bien, renegando. Mire, don Rosas, lo llamo porque estoy reorganizando el movimiento, hay que depurarlo un poco, y planeo presentarme a las presidenciales del año que viene.
- Mirá qué interesante. ¿Y qué pasa? ¿Necesitás ayuda?
- Bueno, justamente le quería ofrecer la vicepresidencia.
- ¡Epa! Sería interesante volver a la patria querida. Pero hace añares que no vivo en Argentina, acordate que esa dichosa Constitución no me va a dejar ser candidato.
- Eso se arregla fácil, no hay problema, lo han hecho tantos ya. ¿Cuento con usted para un nuevo gobierno nacional y popular?
- Sí, bueno. Pero esperá. Te propongo algunas reformas. Podemos llevar la capital a otro lado, y que toda la renta del puerto quede en Buenos Aires, ¿te parece?
- Es una locura Rosas, ¿qué dice? Nos van a matar. – replicó Perón, asustado.
- Pocho, es la oportunidad de que la capital esté de tu lado, ¿qué esperás? Siempre hay que dividir todo entre las provincias, que reclaman y reclaman pero no aportan nada. Dale.
- No, Rosas, mire. Olvídese. No fue buena idea esto. – dijo Perón rápidamente. Y cortó.
El curioso llamado dejó pensando al ex gobernador de Buenos Aires. Tal vez sería un buen momento para abandonar el largo exilio y volver a la vida política argentina.
Al día siguiente, todos los canales transmitieron el arribo de Don Juan Manuel de Rosas, el Restaurador, al aeropuerto de Ezeiza. Allí manifestó su intención de revivir al viejo Partido Federal, y presentarse como candidato a presidente. Perón observó atónito todo esto, y decidió no perder tiempo en su nueva empresa.
Fiel a su estilo maniqueo, decidió convocar como acompañante de fórmula a un hombre del interior, para contraponerlo al extremo “porteñismo” manifestado por Rosas. Quizá el Restaurador ganaría en la capital, pero él debía triunfar en las provincias.
Para ello, reunió en el living de su casa de Gaspar Campos a las principales figuras del peronismo nacional, kirchneristas y opositoras, y les comunicó su intención de ser presidente de nuevo. Todos se miraban de reojo, sorprendidos, pero ninguno se atrevía a decir nada. ¿Quién iba a osar rechazar semejante idea de Perón y enfrentarse con él en internas? Así, todos aceptaron la candidatura del líder, algunos de más mala gana que otros.
El nuevo candidato del Partido Justicialista aprovechó la reunión para presentarles a su compañero de fórmula. Nuevamente, los asistentes se miraron entre ellos, asombrados y enojados por no haber sido elegidos. Tras explicar su estrategia de obtener votos en el interior, hizo pasar a la sala a José Luis Rodríguez, su vice, ante los rostros atónitos de los viejos dirigentes.
Rodríguez era el intendente de Santa Isabel, un pequeño pueblito perdido en el medio de La Pampa, rodeado de verdes campos que se extendían más allá del horizonte. Hombre sencillo y de pocas palabras, conocía los secretos de la vida rural y constituía la carta de Perón para conquistar los votos del interior.
Mientras tanto, Rosas también buscaba quien lo acompañe en su fórmula. Decidido a explotar el prestigio de viejos próceres, convocó a Mariano Moreno, quien se vio atraído por la política de centralizar aún más el poder en Buenos Aires. Tenían diferencias en cuestiones referidas a las libertades individuales, que Moreno defendía a muerte, y el catolicismo de Rosas chocaba con el laicismo de su socio.
Sin embargo, siguieron adelante, y la dupla tuvo gran éxito en las encuestas de intención de voto en la ciudad y algunas zonas del conurbano, mientras que en el interior dominaba el tándem Perón - Rodríguez.
Una vez oficializadas las candidaturas, las campañas comenzaron a toda marcha. Los dos principales contendientes, Rosas y Perón, el Restaurador y el General, inundaban el país con propaganda y promesas.
Rosas proponía la devolución de la renta aduanera a Buenos Aires, mejorar el ejército, reforzar la seguridad interna y romper relaciones con las potencias Europeas.
Perón, por su parte, promovía la nacionalización de los servicios (en especial de los ferrocarriles), la reactivación de la industria y la asistencia a los sectores más desprotegidos de la sociedad.
"Rosas para la Rosada", rezaban los afiches rosistas. "Rosas o Celestes y Blancos", se leía en los peronistas.
Durante la disputa, Roberto Arlt se divertía horrores escribiendo sobre los parecidos y diferencias entre Perón y Rosas, y sobre lo que consideraba peor que los nuevos políticos: los viejos.
Los candidatos se chicaneaban constantemente por televisión. Antes de concluir la campaña, Mirtha Legrand invitó a su programa a ambas fórmulas, que accedieron pese a ser líderes populares y no encajar en el ideal de "la diva de los almuerzos".
La charla en la mesa fue respetuosa y amena; la personalidad campechana de Rodríguez, el vice de Perón, cautivaron a la anfitriona y a la audiencia, mientras que del otro lado se evidenciaban las diferencias entre Moreno y Rosas. Parecía que la balanza se inclinaba para el lado del General.
Sin embargo, mientras tomaban el café en el living antes de finalizar el programa, Perón prendió fuego un billete de 20 pesos, a modo de provocación. Rosas se enojó y hubo un fuerte cruce de palabras y algunos empujones, pero la cuestión no pasó a mayores, gracias a la mediación pacífica de Mirtha. Pero los analistas políticos estaban desconcertados: no sabían cómo iba a afectar lo acontecido a la imagen de los candidatos.
Finalmente, llegó el domingo de las elecciones. Los comicios se llevaron adelante con tranquilidad, sin disturbios. Desde temprano, todos los medios estaban presentes en los búnkers de los candidatos, a la vez que elucubraban posibles escenarios utilizando los típicos eufemismos para no mencionar a nadie.
No obstante, a medida que avanzaba el día, las encuestas de boca de urna daban resultados insospechados. Parecía que ni Rosas ni Perón eran los triunfadores; apenas habían arañado un 20% cada uno. Los rostros de desasosiego se multiplicaban en los refugios partidarios. Nadie podía creer que después de tal despliegue, ninguno de los dos ganara.
En el ambiente político imperaba el nerviosismo. ¿Qué modelo de país vendría a continuación? ¿Habría alguien capaz de solucionar los conflictos?
Al otro día, finalmente, se conoció el resultado oficial. Había ganado un hombre sin experiencia en política, pero con gran capacidad de administración y llegada en la gente, tanto del interior como de Capital; algo que los dos contendientes principales no habían sabido aunar.
El nuevo Presidente de la República sería el candidato del Partido Bolivariano: Marcelo Hugo Tinelli.

martes, 28 de septiembre de 2010

Al final él no había sido



¡La tienen adentro, libros de autoayuda!

sábado, 25 de septiembre de 2010

Irreversible y níveo a la vez

Me parece muy, muy pelotuda la gente que anda en bicicleta por la vereda.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Buena alimentación, poco correr

Transcripción de mis pensamientos durante un viaje en bondi, Línea 338 (TALP), La Plata, el lunes pasado a las 7:20.

Sí, son las 7.20 AM. Sueño y paja. Encima, el bondi va lleno, llenísimo; si no me siento ya, los meniscos se me van a deshacer. Observo alrededor, y veo un pequeño faro de esperanza en medio de tanta nebulosa desolada y solitaria: sentado cerca hay un preadolescente pecoso con el uniforme del Colegio San Luis.
No es un dato menor, no. Estamos a sólo diez cuadras de esa institución educativa. Esto significa que lo único que debo hacer es pararme al lado suyo, hacerme olímpicamente el pelotudo, mirar para otro lado, y cuando se levante para bajarse en la puerta de la escuela, ¡zas! el asiento será mío.
Me acerco despacio, empujando a la gente que se apretuja como si el objetivo de su vida fuera no dejarme pasar. Qué tipos rompebolas, ¿por qué no se corren? Temo perder mi preciada presa, el asiento. Lo peor sería que juusto suba una vieja y tenga que darseló. Pero no, a esta hora de la mañana, las viejas duermen.
Listo, ya llegué a la posición deseada. El pequeño colegial, justo mi lado, mira la hora, quizá preocupado por llegar tarde. Llegar tarde no es problema nene, hay cosas peores. Como viajar parado, por ejemplo. Pero eso ya dejará de ser tema mío. El asiento me espera.
Ya estamos a cuatro cuadras. Dale querido, andá agarrando la mochila, aprestate a bajar, sacate el último moco y parate. ¿Qué ironía, no? Levantarse para después bajar. Bueno, pero no. No es momento de pensar esas cosas. Lo único que importa ahora es apoyarse en el asiento, y descansar. El plan es perfecto. El pendejo se baja, yo soy el más cercano al lugar vacío que deja, me siento y desde ahí gozo a todos los demás bolonios que siguen parados.
Carajo, paramos en un semáforo. Basta de suspenso loco, estamos a dos cuadras del colegio, no me hagan esto. Se está convirtiendo en el viaje más largo de mi vida. Dale dale, ya está en verde, seguí. Creo que ya tendrías que levantarte nene, estamos acá nomás. ¡Levantate carajo! Mmm, el niño no hace caso a mis pensamientos. ¿Debería decirle algo? Tal vez no se orienta bien, y mi intervención sería de ayuda.
Acabamos de pasar enfrente del Colegio San Luis, y el párvulo sigue sentado. Algo no anda bien. De todos modos, que no panda el cúnico: quizá hoy tiene educación física y cursa en otro lado. ¿Pero dónde? ¿Me conviene seguir acá al lado esperando que deje el asiento vacío? ¿O me voy a terminar bajando antes? Pucha, qué dilemas surgen en el bondi eh.
Ya a dos cuadras de la escuela el niño coge su celular, escribe un mensaje de texto y sonríe maliciosamente. De repente, recibo una revelación, y comprendo qué pasa.
¡Se rateó! ¡El hijo de mil puta se rateó! Vil alimaña, está bien que haya engañado a sus padres, ¿pero a mí? ¿a mí, un inocente pasajero del bondi que solamente esperaba a que se baje para ocupar su asiento? ¿con qué derecho? ¿acaso le he hecho algún mal al mundo? ¿tanto me odia la comunidad marista? ¿es por ese viaje que hice a Macchu Picchu? ¿se escribe así "Macchu Picchu"?
Son muchos interrogantes, que no pueden ser resueltos. Y claro, se imaginarán el final de la historia: hice todo mi itinerario parado, pues cuando bajé el pendejo rateador seguía firme en mi asiento, viajando sentado al igual que todos en el bondi menos yo. Fuck you.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

Ventanja naranja

¿Cómo puede ser que la hija de puta que estaba adelante mío en la cola de la caja de los chinos pagara 11 mangos y pico con monedas de 25 centavos? ¿y que su colega en la hijaputez, la cajera, se pusiera a contarlas con la parsimonia de un monje? ¿ya lo puedo decir, o faltan más pruebas? No, ya está, lo digo: el mundo está complotado en mi contra.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Dependiendo de sus necesidades energéticas

Todos los hombres del mundo (o al menos, los de habla hispana, o al menos, los argentinos) conocen la fuerte connotación sexual y gateril que posee el nombre "Pamela". De este modo, es imposible que alguno quiera condenar a su hija con el estigma eterno de llamarse Pamela.
Por tanto, podemos afirmar que todas las Pamelas son hijas de madres solteras.

martes, 14 de septiembre de 2010

Algo tenía que subir

... rubio y patilludo, con la sonrisa estampada en la cara, tenía un mandato, porque ya de chiquito le habían dicho: "tenés que estudiar, porque si no estudiás vas a tener que trabajar, que es lo peor que le puede pasar a alguien de buena familia como vos"

sábado, 11 de septiembre de 2010

Seis de jamón y queso

Pequeño momento de felicidad: encontrar plata en un pantalón que hacía rato no usaba. ¡Viva la Patria!

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Como una cuba

Ayer caminaba por una calle tranquila de la ciudad (bueno, para ser fiel a la verdad, caminaba por la vereda) cuando me crucé con tres pendejitas, escolares, apenas iniciadas en la adolescencia, que reían y charlaban. Una de ellas tenía una botella de gaseosa, que podría aventurar que era Paso de los Toros, pero no pondría las manos en el fuego por ello.
La cosa es que esta niña arrojó la botella al suelo despreocupadamente, como si no hubiera mañana, ignorando totalmente cualquier tipo de convención social que incluya a los tachos de basura. La tiró y siguió caminando, mientras continuaba hablando de lo mal que le quedaban los aparatos a la compañerita que no se bancaba o de si se le marcaba o no el bulto al profesor de biología.
Pero no llegó a realizar más de dos pasos, cuando un hombre de cabello cano, que acababa de estacionar su auto a pocos metros del lugar donde la botella había impactado el suelo, la chistó. Las chiquillas no se dieron por aludidas; probablemente sus padres las aleccionaron acerca del ejército de violadores que puebla las calles.
- ¡Ey, nena! - insistió el hombre, visiblemente molesto, no sólo por el atentado contra la comunidad perpetrado por la borrega, sino porque además lo ignoraba.
Recién ahí las tres niñas se dieron vuelta.
- ¿Qué hacés? ¡No tirés la botellita! - increpó el señor.
La pendejita, cuya cara pasó rápidamente de un rosa pálido a un bordó fuerte, no atinó a decir nada. Simplemente, agachó la cabeza, recogió la botella y siguió caminando, entre las sonrisas burlonas de sus dos amigas.
Esto fue un hecho real. ¿El tipo habría hecho lo mismo si el tirador de la botellita hubiera sido un grupo de muchachos con gorrita a 45º y la camiseta de Deportivo Merlo? No lo sé. Pero es reconfortante saber que ante la falta de respeto creciente que existe entre nosotros, aún hay personas que intentan preservar las más básicas normas de convivencia. Una verdadera bocanada de oxígeno en este submarino que se hunde.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Ni fu ni fa



comete la bocha un rato.

viernes, 3 de septiembre de 2010

En la selva montando un monstruo

Sinceramente, el rating siempre significó un misterio en mi vida. ¿Qué carajo era? ¿de dónde carajo venía? ¿Quién carajo lo medía? ¿era necesario utilizar la palabra carajo en todas mis preguntas?
Ahora recuerdo un programa que conducía Néstor Ibarra, llamado Recursos Humanos. Allí, una empresa ofrecía un trabajo, y dos participantes se postulaban, respondiendo preguntas y demostrando sus capacidades. La verdad, el programa era un embole desde lo televisivo. Sin embargo, me parecía tan noble su propósito, que muchas veces lo sintonizaba y me iba a hacer otra cosa, pero dejaba el televisor prendido para darle rating y que el programa siguiera.
Siempre fui un niño con empatía y reparo en el prójimo; sólo que aquella vez no conté con el demonio del rating.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Revés paralelo

Me tiene re pero re pero re podrido que tooooodo el mundo ande vestido de violeta. Re pero re.

lunes, 30 de agosto de 2010

Caradura o polizón

A veces compadezco a los flacos que laburan en distribuidoras y tienen que atender a los supermercados chinos, donde los amigos orientales se hacen los boludos, los que no entienden nada, y les complican la vida descaradamente.

domingo, 29 de agosto de 2010

Les presentaremos batalla

¿Te acordás? Jaja un símbolo de mi preadolescencia

jueves, 26 de agosto de 2010

Corte y confección

Tal vez nunca lo pensaste. Y no, es difícil, como se vive ahora, día a día, segundo a segundo; el futuro no es más que mañana, o tal vez pasado. Listo. Aún así, me hice un tiempito para imaginarme la saturación que sufrirá el sistema de correo electrónico paradigmático, bancado por Maicrosof.
Es que estaba en una clase embole embole y me puse a pensar en las direcciones de mail, y las diferentes modas que acompañan a la dinámica de la sociedad. Recuerdo con cariño los principios de la década pasada, cuando todos los mails eran cosas como tito_bostero2002, juanelpijalarga o rolo_elgenial. Cualquier epíteto era válido para aclarar con nuestro correo que éramos el capo del oeste, o que pertenecíamos a la barra de Huracán; todos conllevaban un gran amor propio que permitía llevar aquellas direcciones sin sentirse mal.
También estaban los mails zonales: fede_lp, martita_mdq, hector_mza, y boludeces de esa índole. La gente de esas localidades tenía suerte de que se las puede abreviar; en cambio Rodrigo de Barracas tenía que recurrir a un largo y aburrido rodri_barracas.
Luego, llegando a la mitad de la década, empezó esa cruel costumbre de cambiarse de dirección de correo. ¿Por qué? Nadie lo sabe. Pero la construcción de la hegemonía ahora se realizaba a través de mails nuevos que reemplazaran a los estúpidos anteriores, y así fue como se buscaron alternativas, entre las que proliferaron frases de canciones, y palabras comunes. Recuerdo entre esos a ejemplos como "bifedechorizo", "securtetusol" o "unalluviaquerealmentemoje".
Hoy, me aventuro a decir que vivimos una época medio híbrida al respecto, donde se usan los nombres con muchas letras más puntos y guiones. Por ejemplo, alguien que se llama Carlita se hace un mail tipo "ccarliii.-".
Y hay que utilizar un párrafo aparte para la dirección atemporal, que probablemente dure toda la vida y no sufra modificaciones. Claro, hablamos de nombreapellido@hotmail.com. manuel_fernandez, pedro_gorostiaga o maru_schweinsteiger tienen el mismo mail desde su niñez, y quizá mueran con él.
La cuestión es que los niños van creciendo, y hoy, cada vez a edad más temprana, se hacen su dirección. Esto, sumado a los boludos que se hacen mails nuevos a cada rato, contribuye a ir saturando los sistemas, ya que actualmente Maicrosof guarda 2 GB para cada cuenta. Además, en algún momento se irán acabando las combinaciones posibles; hay muchos Carlos Fernández, y la mayoría quedarán sin chance de tener un mail con su nombre y apellido.
Sí, van haciendo dominios nuevos (@live, @msn), y hay otros servidores como yahoo y gmail, ¿pero hasta cuándo? Se van a acabar las posibilidades, y la gente del mañana nos va a mirar raro a los que tengamos hotmail, como hoy lo hacemos con aquellos que usan calzas y pelucas blancas. Así que tú, joven argentino, ya deja de cambiarte de mail.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Son las dos Coreas


Consejo del Tío Ave:
Desconfiá de aquella gente que en una discusión abusa de la utilización de palabras como "hegemonía", "dinámica" o "paradigma". Las usa para darse importancia, y en realidad no sabe de qué está hablando.

domingo, 22 de agosto de 2010

Mutatis mutandis

Vamo a pensar un rato

Antonio, padre de Roberto, un niño de 8 años, salen en auto desde su casa en la Capital Federal y se dirigen rumbo a Mar del Plata.
En el camino se produce un terrible accidente. Un camión, que venía de frente, se sale de su carril de la autopista y embiste de frente al auto de Antonio.
El impacto mata instantáneamente a Antonio, pero Robertito sigue con vida. Una ambulancia de la municipalidad de Dolores llega casi de inmediato, advertida por quienes fueron ocasionales testigos, y el niño es trasladado al hospital.
No bien llega, los médicos de guardia comienzan a tratar al nene con mucha dedicación pero, luego de charlar entre ellos y estabilizarle las condiciones vitales, deciden que no pueden resolver el problema de Robertito. Necesitan consultar. Además, advierten el riesgo de trasladar al niño y, por eso, deciden dejarlo internado allí, en Dolores.
Luego de las consultas pertinentes, se comunican con el Hospital de Niños de la Capital Federal y finalmente conversan con una eminencia en el tema a quien ponen al tanto de lo ocurrido.
Como todos concuerdan que lo mejor es dejar al niño en Dolores, la eminencia decide viajar directamente desde Buenos Aires hacia allá.
Al llegar la eminencia los médicos del lugar le presentan el caso y esperan ansiosos su opinión.
Finalmente, uno de ellos es el primero en hablar: '¿Está usted en condiciones de tratar al nene?', pregunta con un hilo de voz. Y obtiene la siguiente respuesta:
'¡Cómo no lo voy a tratar si es mi hijo!'.

Bien, hasta aquí, la historia... Está en usted el tratar de pensar una manera de que tenga sentido. Como no compartimos la habitación, o donde sea que usted esté, le insisto en que no hay trampas, no hay nada oculto. Y antes de que lea la solución, quiero agregar algunos datos:

a) Antonio no era el padrastro, era el padre biológico, el verdadero.

b) Antonio no era cura, ni se transformó en un ángel ni nada de eso.

c) La eminencia no lo dice como una expresión afectuosa ni religiosa, lo dice seriamente.

Ahora sí, lo dejo a usted y su imaginación. Eso sí, sugiero que leas otra vez la descripción del problema

y, créanme, es muy, muy sencillo.



PARA VER LA SOLUCIÓN, SELECCIONÁ EL TEXTO DE MÁS ABAJO:

Solución:
Lo notable de este problema es lo sencillo de la respuesta.

Peor aún: no bien la lea, si es que usted no pudo resolverlo, se va a dar la cabeza contra la pared pensando, ¿cómo puede ser posible que no se me hubiera ocurrido?

La solución es que la eminencia de la que se habla, es la madre. Si quiere vuelva y relea todo: nunca se hace mención al sexo de la eminencia. Pero nosotros (todos machistas, hombres y mujeres) damos por hecho que las eminencias tienen que ser hombres, no podemos pensarla mujer.
Y esto va mucho más allá de que puestos ante la disyuntiva explícita de decidir si una eminencia puede o no puede ser una mujer, creo que ninguno de nosotros dudaría en aceptar la posibilidad tanto en una mujer como en un hombre.

Hay muchas mujeres que no pueden resolver el problema y cuando conocen la solución se sienten atrapadas por la misma conducta machista que condenan.


En fin, creo que es un ejercicio muy interesante para testear nuestras propias complicaciones y laberintos internos.




http://www.alfinal.com/autoayuda/eminencia.php

viernes, 20 de agosto de 2010

La mano ensangrentada

La joven pareja decidió tomarse un momento para disfrutar a solas, y se fueron al cine a ver una del Pato Galván dejando a sus pequeños hijos de 2, 4 y 6 años solos en casa. Claro, son esos padres irresponsables que fueron adolescentes en los '90 y se piensan que es todo joda; ahora uno se encuentra con ellos en las reuniones del jardín, serios e impecablemente trajeados, pero no dejan de ser unos boludos bárbaros.
Eso sí: les dejaron a los niños la recomendación de no abrirle a ningún extraño. Así, los pequeñuelos se entretuvieron aquella noche mirando a Barney, jugando al TEG online y opinando en foros de debate político.
Cuando se acercaba la medianoche, oyeron asustados que alguien golpeaba la puerta.
- ¡Toc toc!
- ¿Quén ee? - preguntó el pequeño de 2 años.
- ¡Soy la mano ensangrentada! - vociferó una tenebrosa voz del otro lado.
Los chicos se pusieron blancos, y huyeron despavoridamente para esconderse en el dormitorio de sus padres.
Desde allí escucharon asustados cómo alguien abría la puerta principal, iba hacia la heladera, sacaba una latita de birra y la bebía mirando el resumen del noticiero, para luego dirigirse a la habitación donde estaban los niños.
- ¿Quién anda ahí? - preguntó el mayorcito.
- ¡Soy la mano ensangrentada! - volvió a decir el monstruo.
Nuevamente, los niños se cagaron hasta las patitas y comenzaron a correr en círculos por la pieza, hasta que se les ocurrió meterse en el baño (los papis tenían el dormitorio en suite).
Allí, el más grande aprovechó para descargar el contenido de su vejiga, que se le había llenado bastante con los recientes y temerosos acontecimientos. Pero se le cortó el chorro cuando oyó, no sin pavor, que la mano ensangrentada entraba a la habitación de sus padres y los buscaba abajo de la cama. No los encontró, pero se quedó con los seis mil dólares escondidos bajo el colchón.
- ¿Quién está ahí? - inquirió, esta vez, el de 4 añitos.
- ¡Soy la mano ensangrentada!
La respuesta no fue ninguna sorpresa. Sin embargo, sí lo fue el comportamiento del de 6 años, quien, cansado de tanta huida, se armó de coraje y preguntó:
- ¿Y qué quiere?
- Una curita.

martes, 17 de agosto de 2010

Contraflor al resto

http://www.infobae.com/policiales/531651-0-0-Juego-mortal-la-declaracion-los-amigos-del-joven-muerto-se-espera-la-autopsia-del-cuerpo

http://www.infobae.com/general/531845-0-0-Descontrol-el-preboliche-una-adolescente-14-anos-fue-internada-coma-alcoholico

Eduardo Feinmann estaría evaluando sugerir la intervención federal de Vicente López, que a esta altura parece ser la capital nacional de la previa. Hay quienes dicen que con sólo cruzar Puente Saavedra uno se emborracha. Cuidado.

lunes, 16 de agosto de 2010

Viva la Pepa


Mirá, me compré un televisor de LSD.

jueves, 12 de agosto de 2010

La perdida perla austral

paradojo, ja.
(Del lat. paradoxus, y este del gr. παράδοξος).

1. adj. desus. paradójico.
2. f. Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas.
3. f. Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera.
4. f. Ret. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción. Mira al avaro, en sus riquezas, pobre.


¿Qué pasaría si un estudio de arquitectos tuviera problemas de humedad, o una mala distribución de los ambientes? ¿o si un cartel que anuncia la realización de relieves fuera completamente chato? ¿y si estuviera triste un payaso?
Hay trabajadores con oficios que poseen una carta de presentación. Puede ser muy útil: si cuando vas al mecánico dental, te saluda con una sonrisa y ves que tiene unos dientes espantosos, dale las gracias y pegá la vuelta. Lo mismo con una modista; le caés a la casa para que te diseñe el vestido de casamiento, y te recibe con un joggin adidas y arriba un vestidito verde. Chau, buscate otra.
Sin embargo, hay otros que son más difíciles. Te presentan a un ejecutivo de una multinacional, y notás que tiene los cordones desatados. ¿Significará que es malo manejando la empresa? No seas pelotudo, ¿qué tiene que ver? O un quiosquero... que se peine como flogger o como la Brujita Verón no nos aporta nada sobre el desempeño de su tarea.
Esto no tiene conclusión; no podría haberla después de semejante péndulo de estupideces. Habrá quien diga "todo lo que escribiste se podía resumir en esa frase 'en casa de herrero, cuchillo de palo'". A lo que yo respondo: tal vez hijo, tal vez.

miércoles, 11 de agosto de 2010

lunes, 9 de agosto de 2010

Qué gusto tiene la sal

Cuando estás al pedo, hacés una lista de los gentilicios provinciales del país, incluida la Ciudad de Buenos Aires. Cuando estás al pedo, los dividís según su terminación. Cuando estás al pedo, concluís que hay 8 terminados en eño; 7 en ino; 5 en ano; 2 en ense; y los dos "independientes": és (cordobés) y ero (misionero).
Cuando estás al pedo, el límite lo ponés vos.

sábado, 7 de agosto de 2010

Llantos al atardecer


Que levanten la mano todos aquellos que, siendo niños, no supieron entender el complicado logo y creyeron leer "TaSerenisima".

martes, 3 de agosto de 2010

Panfleto dividido dos

Estaba ensimismado mirando Telefé Noticias, cuando pensé en la verdadera naturaleza de la ropa.
¿Nos vestimos para nosotros o para los demás? ¿Puede ser que algo que solamente servía para protegernos del frío se haya convertido prácticamente en parte de nuestra identidad? Si quedás solo en una isla desierta, con un clima buenísimo que no te exige abrigarte, ¿te vestirías o te quedarías en bolas?

jueves, 29 de julio de 2010

Un tallarín

Ayer, mientras miraba el frío cemento que da forma a las bicisendas implementadas por Macri en la capital de nuestro país, me reí para mis adentros pensando que se trata de una iniciativa destinada al fracaso.
Más allá de que haya muchas, muchísimas, muchisísimas otras cuestiones que revisten mayor prioridad, las bicisendas no van a funcionar porque aquí, el automóvil es un fuerte símbolo de estatus.
Lo primero que hace la gente al juntar un pequeño dinero (aunque no tan pequeño, en realidad), es comprarse el auto. Ser un transeúnte es considerado un fracaso. ¿Viajás en bondi, en tren, en subte? Ah, sos un perdedor, no tenés auto.
Calificamos a la gente según el auto que tenga; a sabiendas de esto, vemos cómo los fines de semana la gente pasa horas y horas lavandoló, pasandolé pomadita infinidad de veces, para que el vecino se muera de envidia del autazo que tengo, y él no. Sí, mi casa puede estar cayendosé a pedazos, pero tengo un 0km estacionado en la puerta, así que no necesito más.
"Más vale adefesio en auto que galán a pata", reza el viejo adagio surgido de las entrañas del ser nacional. Cuántas veces habré escuchado a colegas, luchadores de la vida, quejandosé desconsoladamente porque iban a morir solteros y vírgenes por no tener auto. ¿Estamos todos locos?
No voy a citar al ejemplo de Holanda, ni de nadie. No me importa. Es asunto nuestro ver cómo salimos de nuestra mediocre estrechez mental y dejamos de ser a través de nuestras posesiones. Porque, y espero no contrariar a ninguna ciencia humana con esto, tener el auto enorme no te hace tenerla más grande.

lunes, 26 de julio de 2010

Tengo un tallarín

Hoy en lo de un amigo tuve acceso a un increíble adelanto tecnológico.
Resulta que el joven en cuestión tiene un televisor, de una marca japonesa, pantalla de 29 pulgadas, de tubo de rayos catódicos. Hasta ahí todo normal.
Lo maravilloso sucedió al apretar el botón de subir el sonido. La escala de volumen, en vez de aparecer abajo de todo, estaba en la parte superior de la pantalla, así que no tapaba los subtítulos. ¡Bravo!

jueves, 22 de julio de 2010

Que se mueve por aquí



Una película con la que Estalón robó durante años y años, y gracias a la cual pudo terminar de pagar las cuotas de la licuadora, que no eran tan accesibles allá por los '80. Pese a todo, aportó varias escenas memorables a la historia.
Además, bajando a la vida cotidiana, puede resultar muy útil. Si ponés a sonar la canción Gonna Fly Now mientras hacés algo trivial como lavar los platos, se convierte en una heroica y sacrificada acción que te llena de orgullo y te hace creer que nadie puede derrotarte. Posta, probalo, es una masaaaa.

domingo, 18 de julio de 2010

Que se mueve por allá

Perdón por cometer la irreverencia de aludir a la Guerra de Malvinas un día que no es 2 de abril (o, en menor medida, 10 de junio).
Pero a veces surge la necesidad de tener en cuenta a estos hombres, a los caídos, que ya no están, y a los que están, pero nadie les da bola.
A todos aquellos que entonces fueron a cagarse de frío, algunos voluntariamente y otros por obligación, a ser basureados por un energúmeno con un ranguito apenas superior, a juntar los cadáveres de sus compañeros, y también los que fueron movilizados y estuvieron hasta último momento cortando clavos viendo si cruzaban o no a las islas.
A todos aquellos que hoy, lisiados, con problemas psicológicos, encuentran obstáculos a diario para moverse en una sociedad que no los maltrata, sino algo peor: los ignora. Y los que fueron llevados al Sur, soportando también tremendas penurias, sufren la indiferencia del Gobierno y el maltrato de otros veteranos.
¿Vos te acordás de ellos?

sábado, 17 de julio de 2010

Todo pegoteado

Hay pocas cosas más contraproducentes que abrir o cerrar despacio una puerta para no hacer ruido.

lunes, 12 de julio de 2010

Con un poco de aceite

No. Al final no se cumplió la profecía mágica que expedí en esta página hace cerca de un mes. De hecho, sucedió todo lo contrario. Quizá mi habilidad profética consista en eso, entonces: pronosticar las cosas al revés.
Es buen momento para cerrar esta etapa de mi vida que se dio en llamar "Sudáfrica 2010". 64 partidos, de los cuales vi alrededor de 50 gracias a mi abundante tiempo al pedo.
Buenas y malas, ilusiones y decepciones. Fui feliz al ver eliminado a Italia, seguí con entusiasmo las campañas uruguaya y paraguaya y, como todos, puteé a Angela Merkel cuando festejaba los goles de Alemania.
Poco que decir de Argentina, tal como sucede a nivel de clubes, nos falta un programa, una idea global de juego, algo que esté por encima de los nombres y que por más que cambien los entrenadores o los jugadores el proceso sea el mismo y se continúe en la misma senda. Hasta hoy, cada entrenador hacía borrón y cuenta nueva, mezclando las cartas y barajando de nuevo. Veremos qué pasa de acá en más. De todas maneras, es fútbol muchachos, nada más. No es para tanto.
En esa línea, creo que sí acerté con uno de mis pronósticos: el periodismo deportivo estuvo innnnsoportable y me costó mucho evitarlo por más que intenté. Por suerte, vi la mayoría de los partidos en Canal 7 con los comentarios del Enzo, un tipo que cada día me cae mejor. Pero en los que solamente televisaba Telefé tuve que fumarme a ese detestable ser que me resulta Niembro, con esos comentarios que intentan ser sagaces pero lo vuelven un pedante de primera línea. Y ni hablar de los programas de cualquier tema que se subieron a la fulbomanía, rompiendo las pelotas con el Pulpo Paul (quizá lo digo de envidia porque acertó más que yo) o hablando de a qué jugador le queda más linda la camiseta apretadita.
Pero todo concluye al fin, nada puede escapar, y es así como se nos va otro Campionato Mondiale, y ya no sabemos qué hacer cuando prendemos la tele. Ojalá Telefé empiece a pasar Los Simpson las 24 horas hasta que vuelva el balompié local, y volvamos a estupidizarnos detrás de una pelota para así poder dar un mejor sinsentido a nuestras vidas. Un saludo a mi mamá que me está mirando.

viernes, 9 de julio de 2010

Con un poco de sal

Estoy francamente podrido del abuso de los eufemismos en este mundo de hoy.
¿Cuál es el problema de decir "aborigen"? ¿es un insulto? ¿no es más fácil que decir "pueblos originarios"?
Otra bastante recurrente es decir "gente de color". Jamás supe de ningún negro que se ofendiese por llamarlo así, "negro". Si algún imbécil le da connotación negativa, allá él, pero es una cuestión simplemente nominal. Además, ¿qué pasaría con, por ejemplo, Celeste Cid? ¿sería "gente sin color"?
La mayoría de los eufemismos son más largos y complicados... ¿para qué decir "privado de su libertad" cuando queda tan cómodo decir "preso"? "Oh, Carlitos es no vidente". No, vieja, Carlitos es ciego.
Párrafo aparte para los utilizados en la política: "crecimiento negativo" para decir que estamos retrocediendo, o "reacomodamiento de precios" en vez de "inflación de puta madre".
Como siempre que hago estas boludeces, no es algo taxativo, sino que hay muchísimas más que en este momento no se me ocurren. Pero basta, hagamos lo que nos instaba a hacer aquella publicidad: las cosas como son.

martes, 6 de julio de 2010

Te lo comes tú

Hay gente que siempre tiene la misma foto de perfil en el feisbuc, gente que nunca cambia la fotito del msn, y gente que usa el miiiiismo nick desde hace ocho años.
Por otro lado, hay verdaderos ciberinquietos, que se cambian a cada rato la foto de perfil, se hacen mails nuevos todo el tiempo, se compran un celular todos los 6 de noviembre y te llenan la casilla con mensajes sobre su cambio de número.
Como dijo Gary Coleman: "ya no quedan grises".

viernes, 2 de julio de 2010

Y sales a bailar


¿Soy el único pibe de mi edad que se acuerda del billete de un peso?

martes, 29 de junio de 2010

Polvo de diamante

Con una mano en el corazón, vos, joven de hoy... ¿creés que es posible una revolución?

viernes, 25 de junio de 2010

Es gatorei

Me rompe mucho las pelotas que cada vez que aparece algún "polémico video erótico" en una ciudad, ya sea con famosos o con desconocidos, sea tan jodido de encontrar en internet. ¡Muestrenló! ¡El pueblo quiere saber de qué se trata!

lunes, 21 de junio de 2010

Formateando... Disco C:

Anochecía un día de verano. Ella estaba asomada en su balcón, sintiendo el aroma de las rosas del jardín de su madre. Ese aroma fresco y sensual, entraba como una brisa e invadía todo su cuerpo. Ese olor, tan cautivante, la apasionaba, queriendo llegar al borde de la locura. Comenzó a bailar, sola, un baile lento, que luego llegó a parecerse a un baile satánico. En esa casa enorme se aburría, siempre estaba sola, y quería un hombre para poder entretenerse y ablandar su corazón de metal. Alguien que pudiera cautivarla como aquel aroma, al cual le prestaba atención minutos antes... Pero ya no. Comenzó a sentir una enorme angustia, un nudo en la garganta, recordando que toda su vida vivió en una casa enorme, con gran cantidad de familiares, pero sin embargo la soledad la invadía plenamente.
Ella estaba segura de lo que quería, ¡quería un hombre ya! Alguien que la agarre de la cintura y le dé un beso apasionado, dulce e interminable. Ya no había retorno, deseaba eso y no iba a parar hasta conseguirlo. Se sentía tan sola como el salitre que quedaba estancado en las cañerías de su antigua casa, en un lugar oscuro, y del cual parecía imposible salir.
El aroma dulce y encantador la hizo reaccionar; cuando se dio cuenta, ése no era el de sus rosas. Al abrir los ojos, notó que él estaba allí. Delante de ella, el hombre de su vida; que aún no conocía pero intuía que él era. Con un ramo de flores que ella desconocía, a centímetros de su boca; y con el corazón acelerado porque se había enamorado de aquella mujer… Y de su baile exótico y encantador, el cual había presenciado espiándola todo el atardecer desde detrás del rosal.

enviado por Karen Ferreyra Portunato.

jueves, 17 de junio de 2010

Yo no fui

Tanto Mundial me hizo pensar...

lunes, 14 de junio de 2010

Fabricante de ilusiones

Continúa la lucha contra la cartelización
Megaoperativo antidroga


Fue encabezado por el gobernador Scioli ayer. Secuestraron un cargamento de casi una tonelada de paco en el puerto de Junín. Planeaban enviarlo a Suiza.

Ayer, en un megaoperativo al mando del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, se incautó un cargamento de 988 kilos de paco en el puerto de Junín. Según el Comisario General de la Policía Bonaerense, Juan Carlos Paggi, el volumen hallado tenía previsto ser embarcado con destino a Suiza. Fueron apresadas ocho personas.

"Veníamos siguiendo la pista de esta banda desde hace meses, no quisimos dar el golpe hasta estar seguros de que contábamos con la cantidad de personal necesario", señaló Paggi, visiblemente satisfecho por el operativo llevado a cabo. Además, destacó la ayuda de la Prefectura.

Por su parte, el Gobernador Scioli dijo que "este es un paso más que damos en la lucha contra el narcotráfico, los delincuentes tienen que pagar por lo que le hacen a los pibes de la Provincia". "Seguimos trabajando junto a la Nación para combatir este problema", remarcó.

Sin embargo, fuentes cercanas al gobierno provincial aseveraron que en realidad se trataba de un cargamento de colonia infantil. Al ser consultado al respecto, Scioli manifestó que "lo importante acá es continuar la guerra contra los que hacen plata dañando a la gente".











Ernesto Bacigalupo, líder de la banda. (Archivo)

jueves, 10 de junio de 2010

Faltaba más, coronel

Al fin culminó la inmunda espera. Mañana, una de las citas deportivas mundiales Top 3 dará comienzo, por primera vez, en el continente africano.
Mucho se habla de nuestra selección nacional, se la ubica como firme candidata a alzarse con el trofeo y se pondera a la imagen de Diego Armando como el poseedor del más candoroso de los fuegos sagrados que alguna vez iluminaron a nuestra oscura Humanidad.
Pero yo todavía no había dicho nada al respecto en este espacio. Por tanto, he aquí en exclusiva mi humilde pronóstico acerca de las alternativas, idas y vueltas de este apasionante torneo desprovisto de intereses políticos y comerciales, donde lo único que prevalece es el hambre de gloria y la pasión por la camiseta.
En primer lugar, el combinado argentino encontrará inconvenientes en pasar la fase de grupos. Si bien a priori se presenta accesible, habrá problemas, y se definirá la clasificación en el último partido, frente a Grecia. Probablemente, dependiendo también de otros resultados.
Pero no importa, porque pasaremos. Pasaremos, y los octavos de final nuevamente se convertirán en un escollo difícil de superar. Sin embargo, la selección albiceleste triunfará.
A partir de entonces, el representativo de la Asociación del Fútbol Argentino experimentará un despliegue y una mejora exponencial en forma ascendente, jugando cada vez mejor en cuartos y semis y llegando a la final con un juego sólido y lucido (sin tilde, eh), y una actuación estelar de Lionel Messi.
En el partido definitorio, Argentina arrancará un poco complicada, tal vez aturdida por la catarata de elogios que se formularán, y, producto de desconcentraciones, no gozará de un buen primer tiempo.
No obstante, tras una intensa motivación llevada a cabo por el divino director técnico en el entretiempo, los jugadores saldrán a comerse la cancha en la segunda parte, y nuevamente aparecerá la figura del pequeño argento-catalán ungido como aquel que nos lleve a la victoria y nos otorgue el derecho a quedarnos con la Copa Mundial para las vitrinas de la calle Viamonte.
Además, circularán por el mundo entero las imágenes de Diego Armando levantando, besando, mirando, amando (cuánto ando, ¿no?) el trofeo, y las comparaciones con las mismas imágenes pero de 1986. Tampoco faltarán las referencias a un Dios zurdo y bajito abrazado a su hijo, el Messías, también zurdo y bajito, fundidos en un festejo cuasi religioso que dará al siniestro periodismo deportivo nacional muchíiisima tela para cortar durante muchíiisimo tiempo.
Esto es lo que sucederá. Don Julio ya lo tiene digitado, no teman. Pero mientras va sucediendo, para no despertar sospechas, festejemos y gritemos los goles, como si creyésemos que es todo de verdad.

miércoles, 9 de junio de 2010

Papá, ¿ya llegamos?

Cartunnetguorc fue un gran canal de mi infancia, con dibujitos inolvidables como Tom y Jerry, Los Picapiedras, Don Gato y su Pandilla, Los Looney Tunes, Los Autos Locos, El Oso Yogui, La Pantera Rosa, y otros que en este momento no me salen.
Después, se empezó a ir al carajo con todos esos programas de producción propia tipo La Vaca y el Pollito, El Laboratorio de Dexter o Johnny Bravo, que si bien eran copados, no le llegaban ni a los cordones a las viejas producciones de Hanna-Barbera.
Y la terminó de cagar un poco más acá en el tiempo, cuando incorporaron dibujitos japoneses llenos de cosas raras, y con ojos enormes y brillosos. Me viene a la mente solamente Sakura Card Captors, pero sé que hubo más. Oriente se venga de América llenandonós de dibujitos japoneses, de juguetes chinos y de supermercados coreanos, como venganza por las andanzas de los yanquis. Por favor que alguien les avise a los muchachos orientales que Estados Unidos se autodenomina "América", pero que nosotros no hicimos nada... ¡vayan a joderlos a ellos!

sábado, 5 de junio de 2010

Qué lindos que son tus dientes

Ayer estaba en el banco haciendo la cola para pagar los canales porno, y, como siempre, observando la ubicación de las cámaras y planeando formas cuasi ninjas de algún día entrar a afanar y que ninguna me registre. Pero resulta bastante imposible, pues han sido ubicadas estratégicamente por algún mono con conocimientos matemáticos de modo tal que registran todo. Incluso cuando a la salida se enfiestan a la de la mesita de las tarjetas de crédito entre los dos cajeros.

Más allá de eso, me surgió una idea, mientras hacía esa larga e interminable fila. Pensé en que en vez de avanzar de a un lugar cada vez que alguien pagaba y se retiraba de la cola, podría quedarme parado. Quedarme parado, y dejar que los que están adelante mío sigan avanzando. Entonces, luego de un rato largo, adelantar todo ese espacio vacío, para tener la sensación de que voy más rápido.
Mmmm, ahora que lo escribo me parece medio boludo. Pero en ese momento me resultó algo genial, mas no me animé a hacerlo, por temor a las represalias de la gente que estaba atrás mío. Esa sociedad puritana, que no tolera las nuevas ideasssssss. Cuando deje de ser fin de semana, voy a volver al banco y lo voy a hacer. Se acabó.

martes, 1 de junio de 2010

No corresponde a un abonado en servicio

Con eso de las canciones me quedó algo en la cabeza:
qué garrón cómo Tinelli hizo que Twist and Shout nos haga acordar casi instintivamente a él.

lunes, 31 de mayo de 2010

Y no es capaz de despertarlas

Me tienen los huevos al plato David Bisbal y Shakira con sus canciones del Mundial.
Tal vez porque fue el primer campeonato que disfruté, tal vez porque era chiquito, tal vez porque pasó ya un tiempo, pero me pareció mucho mejor La Copa de la Vida, de Francia '98.
Ah, y ni hablar de Italia '90. Ni hablar.

viernes, 28 de mayo de 2010

The Cafe Terrace on the Place du Forum


Estaba en el tren cuando cayó, como siempre, un vendedor ambulante, esta vez ofreciendo carpetas de tres solapas para el estudiante, el oficinista, el escolar o cualquier persona que tuviera papeles para guardar. "¡Eso es marketing!", pensé, un producto que le sirve a cualquiera y "que nunca está de más".
Pero lo que me llamó la atención fue el parecido de este tipo con Joaquín Galán, el cantante de Pimpinela.
Así, llevado por las interconexiones de las intrincadas tuberías de la pelotudez, me puse a pensar en la canción Una estúpida más, donde parece que él era un jodido que cagaba a la mujer con otra mina, a quien le decía que se iba a separar y se iban a ir juntos a veranear a Las Toninas, pero al final no se anima y deja a la amante en Pampa y la vía.
Entonces uno piensa, ¿con esa cara de gilastrún andaba haciendo esas tramoyas por la vida? ¿cuando estaba destinado por la estética de la naturaleza a ser ferretero, o panadero? Lo que pasa, claro, es que esos a la larga son los más vivos. Vieja ley.
Moraleja: cuidado chicas, los que tienen cara de boludo son los peores.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Ab imo pectore


¿Y? ¿Cuántos usaron la escarapela hoy? ¿Qué, ya pasó? ¿No va más el patriotismo?
Ah...

sábado, 22 de mayo de 2010

Cosechala y juntala en pala

Luego de estar unos años afuera, vuelvo para pasar las fiestas en familia.
El taxista que me trae del aeropuerto me habla de la última novela de Scott Turow. Cansado, apenas escucho lo que me dice.
Miro somnoliento la ventana. Las plazas están repletas de personas leyendo.
Puedo ver en los bares libros sobre todas las mesas, y basta que avancemos unas cuadras para que la vidriera de alguna librería aparezca frente a nosotros.
Me incorporo, bajo la ventanilla para que el aire fresco termine de despertarme.
Al detenernos en un semáforo una señora que cruza la calle, llevando las bolsas del supermercado, le dice a su amiga: 'No, no... en Cortázar la fuerza de la lectura es centrípeta, mientras que en Borges es una lectura centrífuga que te impulsa hacia un saber enciclopédico' .
No logro entender lo que sucede. Donde mire hay alguien con un libro en la mano.
Me bajo del taxi. En la puerta de casa me están esperando.
Suponía que me abrazarían, pero no. Estaban esperando subir al taxi que yo dejaba para ir al ballet y a la ópera.
Mi vecino se me acerca y me entrega un folleto de una exposición de pintura y su hija me invita para el dia siguiente a una obra de teatro en el cine del barrio.
Antes de soltar las valijas pregunto qué es lo que está pasando.
-Ah... claro, no sabés nada.
- Fue hace 6 meses...
- ... murió Tinelli.


http://www.fahce.unlp.edu.ar/academica/Areas/letras/Novedades/noticia.2009-12-09.1458680646

viernes, 21 de mayo de 2010

martes, 18 de mayo de 2010

Yerba no hay

Hoy superé mi récord personal de estornudos en un día pero internet andando para el orto hizo que fuera una jornada más bien cargada de sinsabores porque no le pude mandar por mail unas fotos hot de Cristiano Ronaldo a una profesora que me las había pedido así que ahora corro el riesgo de desaprobar la materia porque un día me vio tomando ginebra en la capilla de la facultad entonces me dijo que nada más iba a olvidar el incidente si le mandaba unas fotos cachondas del jugador del Real Madrid que ella sabía que tenía desde la vez que vino a casa a jugar al Scrabble aquel día de lluvia y cuando yo me fui al baño ella revisó la carpeta "mis fotos" y ahí estaban además de otras imágenes de un book que hicieron Lita de Lazzari con Ernestina Herrera de Noble que esta última no quiso que saliera a la luz porque iban a empezar a decir que sus hijos son apropiados pero se ve que alguien lo publicó porque ahora todos la acusan de adoptar ilegalmente a esos niños que seguramente son hijos de desaparecidos pero cómo mierda se va a probar si no se hacen el examen de ácido desoxirribonucleico a lo mejor tienen miedo de quedarse sin la herencia y bueno el ser humano es así siempre tratando de laburar lo menos posible si no miren a los abogados haciendolé daño a la Patria en vez de construir edificios para que puedan vivir todos los que no tienen casa que bastantes son aunque el problema sería la convivencia porque en todos los edificios hay viejas de mierda que cierran mal la puerta del ascensor o se quejan porque escuchás música esa gente debería mudarse al medio de la Puna a mirar las montañas y prenderse un pucho mientras reflexionan acerca de lo mal que le han hecho a sus antiguos vecinos y entonces tomarse un globo aerostático para descender en la terraza de su viejo edificio y darle a cada uno un regalito por lo menos un pequeño gesto como un llaverito o un Audi para que cada uno comience a valorar el lugar que tiene en el país y aunque sea no vomitar en la calle y aguantar hasta la casa porque los niños de hoy no tienen problema en lanzar en cualquier lado dejando el charcazo de vómito ahí para que lo tenga que limpiar alguna noble alma que nada tuvo que ver con ese proceso etílico de ahí la necesidad de que las municipalidades coloquen tachos en las cercanías de las zonas de esparcimiento nocturno para que todos los jóvenes vayan y larguen todo ahí creo que ese simple acto de gobierno sería la solución a muchos de los problemas que aquejan al mundo de hoy.
Quien lea todo esto en voz alta, de corrido y sin respirar, se convertirá en el Rey de Inglaterra. Desde cierto punto de vista, es más fácil que sacar la Excalibur de la piedra.

viernes, 14 de mayo de 2010

Chuf

Resulta que estaban dos norteamericanos vacacionando en México. Después de cinco días en el DF ya estaban emboladísimos, habían visto todo y estaban re podridos de la contaminación y de que levantás una baldosa y salen diez mexicanos. Entonces se quedaban en el hotel, tirados en el sillón, jugando al culo sucio y comiendo tacos.
Entonces, uno de ellos (llamemoslé "Christopher"), se asomó por la ventana con su mejor cara de naipe y vio un pasacalles que le llamó frondosamente la atención: "Gran fiesta del Chuf. Miércoles 18 horas en Plaza Hidalgo".
- ¿Hoy es miércoles, Ernest?
- Ni idea.
Ah, los yanquis son así. Le preguntaron al conserje y resulta que sí, que ese día era miércoles. Entonces decidieron ir a la Gran fiesta del Chuf. Era preferible antes que seguir tirados en el sillón gastandolé el oxígeno a otros turistas que sí querían recorrer la otrora gran capital azteca.
Antes de llegar observaron una inmensa multitud colmando la plaza, desde los típicos mariachis hasta gente de traje; incluso vieron un astronauta. Todos gritando desaforadamente, alzando sus manos al cielo como en un ritual pagano de principios de nuestra era. En medio de la plaza, se alzaba imponente un escenario lleno de luces, con un coro danzante de muchachitas vestidas de sirenas que rodeaban a un personaje, manteniendoló oculto.
Tras una explosión de fuegos artificiales detrás del escenario, las sirenitas abrieron su ronda y dejaron ver a un hombre moreno, de barba oscura, vestido con un traje impecablemente blanco, que empuñaba un micrófono. Se dirigió a la multitud:
- ¿Quieren chuf?
- ¡Queremos chuf, queremos chuf, queremos chuf! - gritaba la desaforada muchedumbre, golpeando las palmas.
- Bueno, voy a necesitar que me traigan el balde dorado del Rey Carlos.
Entonces, en medio de la enorme masa de gente se conformó un grupo de alrededor de treinta personas, entre ellos los dos norteamericanos, que serían los encargados de responder a la petición del hombre del traje blanco.
Juntos, subieron la montaña, bajaron la montaña; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero.
Entraron al templo del Rey Carlos y vieron que su balde dorado estaba sobre un pedestal, bajo ese tenue rayo de luz que lo iluminaba tipo Indiana Jones y los cazadores del Arca Perdida. Simplemente tomaron el balde y se lo llevaron.
Subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron la montaña, bajaron la montaña.
- Señor, aquí le traemos el balde.
- ¡Oh sí, el balde dorado del Rey Carlos! - vociferó el barbudo, mientras lo levantaba sobre su cabeza y señalaba con su pubis a la multitud. Ésta vitoreaba fuertemente, saltando al compás de sus furiosos cánticos:
- ¡Queremos chuf, queremos chuf, queremos chuf!
- Entonces, necesito.. ¡lava del volcán Turrialba!
Mientras una banda comenzaba a tocar y a volver loca a la gente presente, la comisión que le llevaba las cosas al tipo de blanco partió nuevamente a la aventura.
Subieron la montaña, bajaron la montaña; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero.
Christopher se asomó al cráter del volcán; hacía un calor de putas madres. ¿Cómo harían para conseguir la lava? Afortunadamente uno de los personajes del grupo había sido medallista olímpico de Hacer cadenas humanas y sacar lava de un volcán activo en un vasito de telgopor. Así que se pusieron todos en fila, cada uno se tomó de los pies del que tenía adelante y se arrojaron al cráter, sostenidos por una soga atada a los pies del último de la hilera. Ernest había quedado abajo de todo, por lo que fue el responsable de llenar de lava un vasito de telgopor, tipo los de café. Cumplida la misión, emprendieron el regreso.
Subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron la montaña, bajaron la montaña.
- ¡Señor de traje blanco, fue arduo y duro, pero conseguimos la lava!
- ¡La lava del volcán Turrialba! - gritó el animador.
La venta de cerveza entre la muchedumbre había vuelto todo más festivo. Todos saltaban, revoleaban sus remeras, las damas hacían topless sin reparo alguno y los punguistas se hacían el año. Por suerte, para documentar todo estaba Facundo Pastor, quien se encontraba haciendo un informe sobre los robos en la Fiesta del Chuf.
- ¿Quieren chuf? - preguntaba, tendencioso, el barbudo.
- ¡Queremos chuf, queremos chuf, queremos chuf!
- Si quieren chuf, me tendrán que traer un poco de hielo de la Antártida.
Hacia el continente blanco partió la comisión: subieron la montaña, bajaron la montaña; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero.
Al llegar, se preguntaron para qué habían ido treinta personas a buscar un poco de hielo. También se preguntaron por qué no le llevaban cubitos del freezer y listo, total qué se iba a dar cuenta el chabón de blanco, cuya única misión en la vida parecía ser la de incitar a la gente al descontrol. ¿Qué intenciones ocultas tendrá ese barbudo? ¿Sería un terrorista musulmán? ¿Qué onda eso del chuf? ¿Lady Di estaba embarazada cuando se murió?
Cuando se dieron cuenta, ya estaban de vuelta con el hielo antártico en una práctica heladerita como para llevar de camping.
Subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron la montaña, bajaron la montaña.
Le entregaron el trozo de hielo al tipo de blanco, mientras la multitud seguía enfervorizada.
- ¡Queremos chuf, queremos chuf, queremos chuf!
- Habrá chuf señores, habrá chuf... pero antes, un último pedido: ¡la espada Excalibur!
"Eso sí será un quilombo para conseguir", pensó Christopher. Sin embargo, el grupo ya sabía dónde buscar.
Subieron la montaña, bajaron la montaña; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero.
Arribaron a un viejo castillo en medio de la campiña inglesa. Viejos escudos de armas y cuadros del siglo X convivían con LCD de 38 pulgadas. En una habitación fría, oscura, se encontraba la legenderia espada Excalibur, blandida siglos atrás por el Rey Arturo para combatir a sus enemigos y para cortar el pan, que era más que duro por aquellos años. Iban a tomarla, cuando el guardián de aquel virtuoso acero los detuvo.
- ¡Alto viles bellacos! ¿A dónde lleváis esta orgullosa pieza, digna sólo de los más valientes monarcas, aquellos de espíritu noble y combativo que luchan por la grandeza de su nación y el orgullo de los dioses?
- Uh, perdone señor, nos la pidió un chabón de barba y traje blanco, para la Fiesta del Chuf, ¿vio?
- ¡Ah, la Fiesta del Chuf! Lo bien que la hemos pasado ahí, sí, llevenlá loco, llevenlá. ¡Un saludo grande al barbudo, eh!
Un poco extrañados, regresaron al DF mexicano. Subieron al helicóptero, bajaron del helicóptero; subieron al avión, bajaron del avión; subieron al barco, cruzaron el río, bajaron del barco; subieron la sierra, bajaron la sierra; subieron la montaña, bajaron la montaña.
Cuando llegaron, la gente estaba que explotaba. Grupos de no menos de seis personas fornicando frenéticamente, otros gritando arrojándose cerveza en el cuerpo, saltando sin parar, bailando, haciendo que el más fanático de los hedonistas quedase en vergüenza.
- ¡Queremos chuf, queremos chuf, queremos chuf!
Al entregarle la espada al tipo de blanco, la multitud estalló en vítores y gemidos de placer. El animador la levantó en el aire, se quitó el saco, se tomó el pubis y preguntó una vez más:
- ¿Quieren chuf?
- ¡Queremos chuf, queremos chuf, queremos chuf!
- ¡Entonces va a haber chuf!
Teniendo como fondo permanente los gritos de la gente, el hombre de blanco pidió ayuda a Ernest.
El turista yanqui colocó la lava en el balde dorado. El barbudo tomó la espada, y sucedió algo inédito: la multitud enmudeció. Ya no había gritos; todos seguían atentamente con la mirada los movimientos del hombre, hipnotizados por el transterrenal brillo del acero de Excalibur. Sus bocas abiertas denotaban la máxima concentración, la mayor de las atenciones que jamás habían prestado en sus cortas o largas vidas, según el caso.
Ante los ojos atónitos de la gente, sumergió la espada en la ardiente lava. Nadie sabía qué podía ocurrir. Christopher se encontró a sí mismo observando detenidamente, cuando unas horas atrás se reía escépticamente de esto del "chuf".
Se acercaba el final. El barbudo sostuvo la espada, que permanecía incandescente por la lava y se acercó a Ernest, quien sostenía la heladerita traída de la Antártida. Lentamente, el animador metió la espada caliente en el hielo y... chuf.