jueves, 31 de marzo de 2011

Otra baja de tensión

Las cosas descartables, siempre duran más de lo que dice en su envase.
Hay excepciones, claro; no usen los forros muchas veces justificando que lo leyeron en un blog.

lunes, 28 de marzo de 2011

Inacción y silencio

¿Vos sos de los que antes de sacar un USB ponen "Quitar hardware con seguridad", o lo sacás así de una?

martes, 22 de marzo de 2011

Patada la concha

Suele oírse que los males del mundo son causados por Magnetto, por Verbitsky, la CIA, los judíos, los masones, las multinacionales... no hay nada más divertido que volcarse a teorías conspirativas que parecen tener una explicación para todo lo que sucede a nuestro alrededor.
Todo es pasible de ser cuestionado. Cualquier conociimento, por más naturalizado que esté, puede ser parte de un horrendo plan para idiotizarnos, dominarnos, aniquilarnos o simplemente engañarnos. No se puede confiar ni en la propia madre.
En esa línea, permitamonós dudar, por ejemplo, de la existencia de Inglaterra. Nunca fui: sólo la conozco por fotos, que pueden ser falsas; y por datos históricos y actuales, que pueden ser mentira.
Así, el fútbol se creó en otro lado, la Guerra de Malvinas y las invasiones inglesas fueron puro teatro, hubo otro país dominador mundial en el siglo XIX, el idioma inglés vino de otra parte y los seleccionados de Inglaterra son un montaje armado con jugadores de otros países. De hecho, la conspiración sería tan fuerte que hasta los mapas mundiales pueden haber sido adulterados; cuando en realidad entre el Mar del Norte, el Mar del Irlanda, el Canal de la Mancha y Escocia no habría más que agua.
Esta conspiración en la que participan y participaron varios millones de personas podría habernos hecho creer durante siglos la existencia de algo que no está allí, quién sabe con qué perverso y oscuro motivo...

Y vos, ¿creés en Inglaterra?

lunes, 14 de marzo de 2011

Ha llegado Wallace



¿Vos también creías que este logo decía "Motts"?
Si no, en realidad no me importa. No necesito tu apoyo moral.

jueves, 10 de marzo de 2011

Nunca más lo tuvo que escuchar

Fuerte reflexión prodújome un paquete de Panchitas. Les sigo diciendo Panchitas por más que los cerdos de Bagley insistan en decirles "Sonrisas chocolate". Noo, las pelotas. Se llaman Panchitas.
Pero no quiero desviarme del tema. Resulta que, tras mucho, mucho tiempo, llegó a mis gráciles manos un paquete de Panchitas. Comencé a degustarlas como si nada, hasta que al tomar la tercera noté que, contrariamente a lo que estaba acostumbrado, esta Panchita tenía la carita feliz de los dos lados.
"¡Qué loco!" exclamé, emocionado. Sin embargo, no tardó en llegar el pensamiento que me bajaría a la tierra: si esta Panchita tenía dos caritas, es porque había una que tenía dos tapas lisas.
Enseguida lo relacioné con la distribución inequitativa de la riqueza en el mundo, en el que parece que para que alguien sea rico debe haber muchos alguienes que sean pobres, que tengan lisas las dos tapas de su Panchita. ¿Podría solucionarse algo así a través de un paquete de galletitas? ¿cuál sería la metáfora correcta? ¿es justo también que todos, sin importar su esfuerzo o sus capacidades tengan la misma cantidad de caritas en su Panchita? ¿qué hacer al respecto? ¿debería haber un Estado galletitero interviniendo, o todo debería ser librado al juego de la oferta y la demanda panchitera?
Todos estos interrogantes se apagaron al observar la cuarta galletita del paquete. Tenía dos caritas también, al igual que la quinta. Y la sexta. Sí, y que todo el paquete; ahora todas las Panchitas vienen con carita de los dos lados.
Siempre pasa lo mismo: las multinacionales fabricantes de galletitas no quieren que pensemos.

domingo, 6 de marzo de 2011

Siempre un iluso

¿Dónde carajo van a laburar todos los que estudian diseño industrial?
¡Dejensé de joder! ¡El país necesita torneros!

jueves, 3 de marzo de 2011

Cuatro tres uno dos

No es necesario ser un cazador de ironías para percibir que las hay por doquier. Si no se les quiere decir ironías, puede llamarselés pequeñas burlas del destino, absurdas fallas del universo, o cualquier boludez que suene poética y metafísica a la vez.
Desde un peluquero calvo hasta un negro apellidado Blanco, esas leves desviaciones de concepto pululan a nuestro alrededor en todo momento, al punto que casi no las notamos.
Pero el colmo de la pelotudez llega cuando ves al chofer del camión de basura que, tras terminarse la gaseosa, tira la botellita por la ventanilla. ¡Ni el Chapulín Colorado nos salva de esa!