¿Recuerdas el día en que te pedí prestado tu auto nuevo y te lo abollé?
Pensé que me matarías, pero no lo hiciste.
¿Recuerdas cuando te arrastré a la playa, y me advertiste que llovería y así fue?
Creí que me retarías: "Yo te lo había dicho". Pero no lo hiciste.
¿Recuerdas cuando me puse a flirtear con todos los muchachos para ponerte celoso y lo logré?
Creí que me abandonarías, pero no lo hiciste.
¿Recuerdas cuando volqué la torta de fresas sobre la alfombra de tu casa?
Creí que me golpearías, pero no lo hiciste.
¿Recuerdas cuando me olvidé de advertirte que el baile era de etiqueta y apareciste en jeans?
Pensé que me abandonarías, pero no lo hiciste.
Sí, hubo muchas cosas que no hiciste.
Sin embargo me soportaste, me amaste, me protegiste.
Yo quería resarcirte por muchas cosas cuando volvieras de Vietnam.
Pero no lo hiciste.
Leo Buscaglia, Vivir, amar y aprender
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