lunes, 17 de noviembre de 2014

Con lluvia vale doble


En la esquina Este de la intersección de las calles 54 y diagonal 79, en La Plata, pasó algo horrible. Pasa, en realidad. Pasa a diario. Está ahí.
En el local de esa esquina había un negocio muy noble, excelso, un lugar de encuentro de amigos o de reflexión solitaria, siempre con una malta como compañía. Estamos hablando de la Cervecería Munich, claro, escenario de hermosos recuerdos imborrables para miles de platenses.
Un día, el lugar apareció con sus puertas cerradas. Un cartel anunciaba que se encontraba "en refacciones", lo cual indicaba que pronto sus mesas estarían nuevamente dispuestas para recibir a los parroquianos y a algún cliente ocasional. Me dediqué a esperar.
Sin embargo, poco tiempo después, algo raro había en la tradicional esquina. Algo nuevo. Y nuevo no significa "mejor". Donde se erigía un templo de la amistad, la bebida y los más bellos momentos, ahora se encontraba un burdo ejemplo de la decadencia humana y de la posmodernidad: una sucursal de "Hair Recovery".
¿Hacia dónde va un mundo en el que es más importante tener pelo que tomar birra?