jueves, 16 de abril de 2020

El bajo posee una extensión vocal de más de dos octavas

Hace ya varios años, un amigo se encontró a Luis Alberto Spinetta en una estación de servicio. Lo único que se le ocurrió fue decirle "¡Grande, Flaco!". Y él le respondió: "Grande es lo que está por venir".
Siempre recuerdo la anécdota porque me parece, cuándo no tratándose de Spinetta, muy inusual. Y es que nunca miramos hacia adelante; tenemos la vista fijada en el espejo retrovisor. De este lado del Río de la Plata, nuestro pensamiento está muy atravesado por esa idea de que "todo tiempo pasado fue mejor".
Está presente en todo: la nostalgia a la época del "granero del mundo" (aunque la fiesta fuera la para unos pocos) y el gran país que pudimos ser y no fuimos. De los epítetos acerca de Buenos Aires, este es mi favorito: "La capital de un imperio que nunca existió".
Es que Buenos Aires es melancolía. La urbe europea que quiso ser y quedó ahí. Una ciudad que se mira desde la ventana de un bar, una tarde de lluvia, entre el humo del café y la discusión capaz de cambiar el mundo.
Esto también vive en el fútbol. Hablá con cualquiera que peine canas y te dirá "Pibe, equipos eran los de antes". Esa edad de oro en la década del 40 en la que éramos los recontra mejores de todos pero nunca se pudo demostrar porque no había mundiales... Y el Diego. No hay día en la vida de Messi en el que no lo comparen con Maradona.
Ah, y el tango. "Un pensamiento triste que se baila" (aunque Borges no estará de acuerdo)... Amén de lo que ya sabemos de sus letras y músicas melancólicas, también está anclado en el pasado: Gardel cada día canta mejor, pero ya no hay otro. Las canciones son siempre las mismas y no hay cantores nuevos.
Para redondear este desvarío que no va hacia ningún lado, he aquí una cita de lo que dice al respecto Juan Pablo Castel, en la pluma del Maestro de Santos Lugares: “En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase 'todo tiempo pasado fue mejor' no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido”.

jueves, 2 de abril de 2020

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Chewbacca
viejo y peludo
sos el amigo que todos deberíamos tener.
Siempre aguantando los trapos
y listo para cagarte a tiros con los Stormtroopers.
Pero a vos Chewbacca
nadie te pregunta cómo te sentís
ni cuáles son tus mambos.
¿Extrañás tu planeta?
¿Te preocupa el futuro?
¿Pusiste guita en Bitcoins?
Te convirtieron en un partenaire
para que Han Solo se luzca y quede como un duque.
Pero, ¿y vos?
Ningún nene quiere jugar a ser Chewbacca.
Y tampoco protagonizaste Avión presidencial ni Blade Runner.
Ser Chewbacca es como ser Robin o Luigi
pero con una nave zarpada.
Chewbacca Chewbacca
qué grande sos.
Vos también te merecés
un amigo como vos.