Hace ya varios años, un amigo se encontró a Luis Alberto Spinetta en una
estación de servicio. Lo único que se le ocurrió fue decirle "¡Grande,
Flaco!". Y él le respondió: "Grande es lo que está por venir".
Siempre recuerdo la anécdota porque me parece, cuándo no tratándose de
Spinetta, muy inusual. Y es que nunca miramos hacia adelante; tenemos la
vista fijada en el espejo retrovisor. De este lado del Río de la Plata,
nuestro pensamiento está muy atravesado por esa idea de que "todo tiempo pasado fue mejor".
Está presente en todo: la nostalgia a la época del "granero del mundo"
(aunque la fiesta fuera la para unos pocos) y el gran país que pudimos
ser y no fuimos. De los epítetos acerca de Buenos Aires, este es mi
favorito: "La capital de un imperio que nunca existió".
Es que
Buenos Aires es melancolía. La urbe europea que quiso ser y quedó ahí.
Una ciudad que se mira desde la ventana de un bar, una tarde de lluvia,
entre el humo del café y la discusión capaz de cambiar el mundo.
Esto también vive en el fútbol. Hablá con cualquiera que peine canas y
te dirá "Pibe, equipos eran los de antes". Esa edad de oro en la década
del 40 en la que éramos los recontra mejores de todos pero nunca se pudo
demostrar porque no había mundiales... Y el Diego. No hay día en la
vida de Messi en el que no lo comparen con Maradona.
Ah, y el tango.
"Un pensamiento triste que se baila" (aunque Borges no estará de
acuerdo)... Amén de lo que ya sabemos de sus letras y músicas
melancólicas, también está anclado en el pasado: Gardel cada día canta
mejor, pero ya no hay otro. Las canciones son siempre las mismas y no
hay cantores nuevos.
Para redondear este desvarío que no va hacia
ningún lado, he aquí una cita de lo que dice al respecto Juan Pablo
Castel, en la pluma del Maestro de Santos Lugares: “En realidad, siempre
he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de
defensa de la especie humana. La frase 'todo tiempo pasado fue mejor' no
indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la
gente las echa en el olvido”.
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