domingo, 22 de agosto de 2010

Mutatis mutandis

Vamo a pensar un rato

Antonio, padre de Roberto, un niño de 8 años, salen en auto desde su casa en la Capital Federal y se dirigen rumbo a Mar del Plata.
En el camino se produce un terrible accidente. Un camión, que venía de frente, se sale de su carril de la autopista y embiste de frente al auto de Antonio.
El impacto mata instantáneamente a Antonio, pero Robertito sigue con vida. Una ambulancia de la municipalidad de Dolores llega casi de inmediato, advertida por quienes fueron ocasionales testigos, y el niño es trasladado al hospital.
No bien llega, los médicos de guardia comienzan a tratar al nene con mucha dedicación pero, luego de charlar entre ellos y estabilizarle las condiciones vitales, deciden que no pueden resolver el problema de Robertito. Necesitan consultar. Además, advierten el riesgo de trasladar al niño y, por eso, deciden dejarlo internado allí, en Dolores.
Luego de las consultas pertinentes, se comunican con el Hospital de Niños de la Capital Federal y finalmente conversan con una eminencia en el tema a quien ponen al tanto de lo ocurrido.
Como todos concuerdan que lo mejor es dejar al niño en Dolores, la eminencia decide viajar directamente desde Buenos Aires hacia allá.
Al llegar la eminencia los médicos del lugar le presentan el caso y esperan ansiosos su opinión.
Finalmente, uno de ellos es el primero en hablar: '¿Está usted en condiciones de tratar al nene?', pregunta con un hilo de voz. Y obtiene la siguiente respuesta:
'¡Cómo no lo voy a tratar si es mi hijo!'.

Bien, hasta aquí, la historia... Está en usted el tratar de pensar una manera de que tenga sentido. Como no compartimos la habitación, o donde sea que usted esté, le insisto en que no hay trampas, no hay nada oculto. Y antes de que lea la solución, quiero agregar algunos datos:

a) Antonio no era el padrastro, era el padre biológico, el verdadero.

b) Antonio no era cura, ni se transformó en un ángel ni nada de eso.

c) La eminencia no lo dice como una expresión afectuosa ni religiosa, lo dice seriamente.

Ahora sí, lo dejo a usted y su imaginación. Eso sí, sugiero que leas otra vez la descripción del problema

y, créanme, es muy, muy sencillo.



PARA VER LA SOLUCIÓN, SELECCIONÁ EL TEXTO DE MÁS ABAJO:

Solución:
Lo notable de este problema es lo sencillo de la respuesta.

Peor aún: no bien la lea, si es que usted no pudo resolverlo, se va a dar la cabeza contra la pared pensando, ¿cómo puede ser posible que no se me hubiera ocurrido?

La solución es que la eminencia de la que se habla, es la madre. Si quiere vuelva y relea todo: nunca se hace mención al sexo de la eminencia. Pero nosotros (todos machistas, hombres y mujeres) damos por hecho que las eminencias tienen que ser hombres, no podemos pensarla mujer.
Y esto va mucho más allá de que puestos ante la disyuntiva explícita de decidir si una eminencia puede o no puede ser una mujer, creo que ninguno de nosotros dudaría en aceptar la posibilidad tanto en una mujer como en un hombre.

Hay muchas mujeres que no pueden resolver el problema y cuando conocen la solución se sienten atrapadas por la misma conducta machista que condenan.


En fin, creo que es un ejercicio muy interesante para testear nuestras propias complicaciones y laberintos internos.




http://www.alfinal.com/autoayuda/eminencia.php

3 comentarios:

  1. El año pasado en Casi Ángeles dijeron que la eminencia era mujer, pero que siempre se tiende a pensar en el hombre primero. ¡Qué machistas!

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  2. Osea que todo esto era simplemente un circo, un ardid encubierto para sacarnos a todos "la ficha".
    A vos te parece :O

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  3. Tanto la eminencia como Antonio, son los padres de Robertito. Son una pareja homoparental.

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