Pero no dice nada de moverla hacia adelante. Entonces, pensé qué pasaría si alguien la mueve, unos centímetros por día, hacia el frente, hasta que llegue a tapar la puerta. ¡Nadie podría entrar, porque la máquina no se puede mover hacia atrás!
Todo esto, partiendo del supuesto de que la gente va a respetar los carteles.

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