viernes, 20 de marzo de 2015

Lo mismo que pensás vos

Un armador inglés, durante la II Guerra Mundial, había fletado un mercante de unas cuantas miles de toneladas y en el que había invertido una buena parte de su capital.

Un viernes, cuando se disponía a abandonar su oficina, recibió un telegrama que le contaba que su mercante, con las miles de toneladas de mercancía que transportaba, estaba en ese momento en el fondo del océano, debido a la habilidad de un submarino alemán.

El hombre leyó el telegrama y con parsimonia lo dobló e introdujo en el bolsillo de su gabardina, miró a su secretaria y le dijo:
- Vaya disgusto me voy a dar el lunes. No dejaré que este incidente estropee mi fin de semana.

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