jueves, 2 de agosto de 2018
¿Era tan difícil?
De pronto, Victoria se aburrió y decidió volver a su casa. Se despidió de sus amigas, salió del boliche y como no tenía plata para un taxi caminó un par de cuadras hasta la parada del bondi.
Hacía mucho frío y las piernas no dejaban de temblarle. ¿Justo esa noche se iba a poner vestido más corto que tenía, ese con la espalda descubierta? Al menos había tomado bastante y eso disimulaba un poco las bajas temperaturas.
Un viejo de aspecto desaliñado y olor a varios días sin una ducha se cruzó de vereda para acercarse a ella.
- ¿Hace mucho esperás el 14? Le preguntó.
- Y, hará veinte minutos...
- Mirá que el primero viene como a las seis de la mañana, eh.
Victoria decidió que no quería esperar tanto y volvió, tambaleándose un poco, hasta la cuadra del boliche a ver si alguien la podía alcanzar. Le hizo señas a un 207 oscuro que pasaba despacito con la música electrónica sonando fuerte a través de las ventanillas bajas. Tres pibes la saludaron desde adentro.
- Hola, ¿van para el lado de la autopista?
- Sí, dale, te llevamos... subí.
Sin mirar la patente del auto ni prestarles mucha atención a los ocupantes, se sentó atrás y le dio su dirección al que manejaba.
Hicieron todo el camino charlando y riéndose. Los pibes la dejaron en la puerta de la casa y se fueron. Ella entró a su casa, y, sin avisarles a sus amigas que había llegado bien, se desplomó de cansancio sobre su cama.
No, no es tan difícil...
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Es lo que pasa el 99.9% de las veces. Pero por ese 0.01% que sale mal te dicen que los hombres son todos violadores.
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