lunes, 4 de febrero de 2019

Y la poesía cruel de no pensar más en mí

Un amigo extranjero me preguntó hace poco cuál es la mejor época para visitar Buenos Aires. Yo diría que es entre otoño e invierno, para escapar del calor espantoso y húmedo del verano. Pero, especialmente, para disfrutar del día frío, de bufanda, con llovizna, desde la ventana de un bar.

Desde ahí, como si el tiempo se detuviera para mí pero no para los demás, me encanta disfrutar de ese café que larga humo, al igual que la gente que va apurada por la vereda esquivándole el paso a las baldosas flojas.

Ese bar en donde pensaba cuánto ha pasado en este tiempo, para vos y para mí. Si pudiéramos encontrarnos, sea en este café o en otro, no seríamos más que dos extraños. Dos extraños con un pasado común, como si fuéramos dos compañeros de secundario que nunca más nos vimos hasta ahora y charlamos de vaguedades como "qué fue de tu vida todos estos años?".

Fueron muchas cosas, que no puedo resumir en veinte minutos, media hora de charla. Así que la repuesta sería automática y superficial: "bien, y vos?", "bien", "che, qué bárbaro esto del dólar".

Pero cómo me sentí, cuánto te extrañé, todo lo que de verdad me pasó... eso no entra en lo que dura un café o dos. Las veces que sentí que estaba a punto de ser feliz y de pronto vos aparecías, como un recuerdo atravesado, para derrumbar de alguna forma esa felicidad.

Y las cosas que cambiaron. Ya no voy a la cancha. Me amigué con mi panza, o al menos dejé de intentar combatirla. No disfruto más de ir parado en el tren como antes. Otras siguen igual: todavía odio a la vieja de al lado y ella me odia a mí. Ah, y pienso en vos cada vez que hay olor a jazmín.

No puedo contarte nada de todo eso. Porque para mí, en ese bar, el tiempo está detenido, pero para los demás sigue corriendo. Vos tenés una rutina, cosas que hacer. No te podés quedar a escuchar cómo es mi vida sin vos, pero con vos.

Así que charlamos un ratito más y ahí termina nuestro encuentro. En eso quedó todo lo que fue nuestra historia. En un no final.

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