lunes, 4 de octubre de 2010

El tren no pasó aquella tarde

En una de mis tantas tardes de nada sentado en un banco mirando cosas, noté que los muchachos que manejan los camiones de caudales son grandes, muy grandes, cuasi patovicas. ¿Para qué necesitan ser tan grosos, teniendo una semiautomática 9 mm reglamentaria?
La pluma es más poderosa que la espada... por eso inventaron la ametralladora.

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