Iba caminando muy apurado, esquivando paraguas y baldosas flojas, preocupado porque estaba llegando tarde a crossfit.
Después de diez minutos de veloz caminata, me tranquilicé al recordar que yo no voy a crossfit.
La sensación de alivio fue enseguida reemplazada por la alarma: si no era a crossfit, ¿a dónde iba entonces?
No hay comentarios:
Publicar un comentario