— No te puedo querer — me dice la rubia de ojos tristes —, quiero quererte, sé que me conviene, pero mi vida es un quilombo.
Parece
sincera. Su vida de verdad es un quilombo, inmersa en una búsqueda de
algo que aún no sabe qué es. Recién lo sabrá cuando lo encuentre, si lo
llega a encontrar. O cuando se dé cuenta de que no lo va a encontrar
nunca.
Pero mientras habla, pienso: ¿Por qué necesitamos un motivo
para dejar a alguien? ¿Por qué la rubia de ojos tristes está intentando
justificar el hecho de que no quiere estar conmigo? Gastó energía en
eso, en poner en palabras, en dar forma racional a algo que no lo es ni
por asomo. ¿No sería más sincero si me dijera "no tengo ganas de estar
con vos" o "antes me gustabas pero ahora no" y listo? ¿Cómo lo tomaría
yo en tal caso? ¿Debería importarle eso?
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