lunes, 12 de abril de 2010

Doble A

Tras un viaje nocturno de cuarenta minutos en el 168, intenté paliar mi aburrimiento realizando estadísticas, y aquí están los resultados:
  • Después que yo, subieron 39 personas.
  • Sólo una saludó al chofer, un tipo que le dijo "buenas noches".
  • Cuatro le dijeron "por favor" al conductor después de indicarle el valor del boleto.
  • Dos cedieron su asiento; a una vieja (que no era taaan vieja, yo no se lo habría dado) y a una embarazada.
Las estadísticas suelen parecerme puras patrañas. Este caso no es la excepción.
Aún así cabe destacar la falta de cortesía del público en general, el desdén por las más básicas normas de convivencia y la desconsideración para con el otro, que son visibles sin recurrir a fríos datos estadísticos.
Bueée, pará, quién só.

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