martes, 2 de marzo de 2010

Me intimidan los albañiles


Salgo a caminar por mi agreste barrio
donde hay tanto por hacer.
Construcciones por todos lados
es lo que se puede ver.

Aunque el día esté soleado
aunque el cielo se vea nublado;
ellos sólo dejarán de trabajar
cuando empiece a lloviznar.

Alisan pisos, colocan puertas,
ponen techos, levantan paredes.
Mezclan cemento, llevan ladrillos,
pegan azulejos y compran cigarrillos.

Ocupan todo, desde el faro
hasta la punta del Parque Camet.
Comiendo asado, tomando vino
escuchando cumbia y chamamé.

Parecen saberlo todo
sobre la vida y sus aristas,
si ven pasar una buena mina
la chiflarán hasta perderla de vista.

Es real, yo no miento.
Los veo valientes andando en bici
luchando contra el viento.

Es real, no exagero;
aunque alguno de ellos se vaya
los demás no le sacan el cuero.

Aunque sean gente de códigos,
gente de bien.
Me producen algo malo,
me producen un no sé qué.

Pasar frente a ellos
siempre me da vergüenza
mucha mayor que la que tendría
teniendo enfrente a Paenza.

Los veo como un algo superior,
como un ente de avanzada;
Si están donde me tomo el bondi
camino hasta la otra parada.

Es real, no boludeo
me pongo colorado
cada vez que los veo.

Es real, es posta
ya se acaba esta bosta.

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