martes, 9 de marzo de 2010

La Cocarde Tricolore

En los últimos días, a raíz del terremoto en Chile, he leído y oído todo tipo de cosas acerca de negarle ayuda al país trasandino porque estuvieron del lado de los ingleses en la Guerra de Malvinas. Incluso, grupos en feisbuc con nombres como "Tomatela chile que te ayuden los ingleses...", "No me alegro x el terremoto en chile, pero q le pidan ayuda a los INGLESES!" o "yo no me solidarizo con chile , que lo hagan los ingleses". ¿Qué es esto? ¿Estamos todos locos? ¿El patrioterismo se comió al mínimo sentido humanitarista que pudo haber quedado en nosotros?
Antes de seguir, vale aclarar que siempre fui el primero en hablar mal de los chilenos, como parte del folklore argentino. Incluso hice esta investigación de ficción, denunciando un complot de su parte contra nuestra soberanía. Aún hoy me siguen pareciendo ridículos los nombres de sus equipos de fútbol, sus vocablos propios y su acento. Y tampoco soy latinoamericanista. Sin embargo, por alguna razón, conservo un resto de sentimiento de deseo de que a los demás no les vaya mal, y esto se aplica aquí; no puedo querer que Chile se suma en la miseria después de lo que pasó.
Está muy presente la cuestión de que "ellos ayudaron a los ingleses". Yo aprendí que lo mejor es educar con el ejemplo. Si vas a la casa de alguien y te atiende mal, cuando va a tu casa no le pagás con la misma moneda. Lo atendés bien, para que vea qué es lo deseable, para mostrarle el camino. Porque si por un mal anfitrión todos vamos a tratar mal a nuestros invitados, se forma una bola de nieve inmensa que a corto plazo se vuelve imposible de detener. Volviendo a hoy, decimos: "Chile, te perdono (o no, queda en cada uno), sé que estás mal, te presto mi ayuda".
Además, la guerra fue un tema entre gobiernos, no entre pueblos. ¿Que Pinochet, Galtieri y Thatcher hayan sido la piel de Judas nos convierte a todos los chilenos, argentinos y británicos en lo mismo? No, las ovejas no tienen la culpa de los problemas del pastor.
Queda señalado lo inoportuno de este repentino patrioterismo, que no le hace bien a nadie y sólo fomenta viejos odios inútiles, que le dan la razón a aquellos que forjaron la nación en base a la otredad, y no a la identidad particular. Basta de esto; el patriotismo no consiste en el odio a los demás pueblos, sino en el amor al propio. Chilenos, aunque esto no les sirva de nada en lo concreto, yo sí me solidarizo con ustedes.

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