lunes, 1 de marzo de 2010

Subenestrujenbajen

Hoy me levanté tipo 7, porque cursaba temprano. Desayuné galletitas Diversión que quedaron de ayer, medio húmedas, y café.
Cuando salía, me crucé con Miguel, el portero, que andaba enojado porque un boludo vomitó en el ascensor y me planteó, medio en serio y medio en joda, la posibilidad de hacer un análisis de ADN para sacar quién había sido. Intenté calmarlo, pero estaba medio corto de tiempo así que partí.
Llegué a la facultad al mismo tiempo que el profesor. No podría precisar si la clase fue sobre logaritmos, sobre la dictadura de Aramburu o sobre sintetización de polipéptidos; cuando me quise acordar, estaba en casa friendo milanesas. Que se me pasaron un poco.
Tipo 3, pintó la siesta, porque necesitaba recargar la batería. Me desperté con los gritos guaraníes de la obra en construcción de al lado, que no me dejaron volver a dormir. Así que miré la repetición de Celtic - Sevilla, y todavía no entiendo de dónde viene el acento del Matador Kempes, lo que me hizo dedicarme a intentar deducirlo el resto de la tarde.
De repente me dio un antojo de Rocklets. Acá cerca hay un local que los vende sueltos, bajé y cuando pasé por la puerta de los chinos vi una pareja de enanos que me llamó la atención. O sea, era una parejita, el enano con la enana que estaban comprando fósforos y detergente; no sé de qué manera pensaban combinarlos. Igual, puedo hacerme una ligera idea.
Volví a casa con mis Rocklets (no sé qué me hago el capo con la bastardilla), cerré la puerta, colgué las llaves en el cosito puesto para la ocasión, saqué Quatro de la heladera, y me senté en el sillón a mirar Los Simpson.
Hacia el final de la dura jornada, me puse a pensar en lo pelotudo que me resulta que la gente publique en Internet lo que hizo durante el día. ¿A mí qué me importa lo que hacen?

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